México tiene uno de los récords más bajos en seguridad carretera entre los países miembros de la OCDE en términos de fallecimientos o lesiones graves per cápita y por vehículo.
En México más del 55 por ciento de los productos que se comercializan en el país se mueven a través de las carreteras, utilizando como medio el autotransporte, de acuerdo con informes de la Comisión de Transporte, Seguridad y Autotransporte de carga.
Los vehículos comerciales (tractocamiones, remolques, semirremolques) representan un riesgo significativo para otros usuarios de las carreteras debido a su gran tamaño y peso. Usualmente viajan distancias largas con carga pesada, pues transportan materias primas y secundarias a lo largo del país.
Sin programas de mantenimiento bien establecidos, estos vehículos pueden desarrollar rápidamente fallos de seguridad, como ocurrió el pasado 7 de noviembre en la autopista México-Toluca, a la altura del kilómetro 14.5, en la colonia Peña Blanca, en la alcaldía Álvaro Obregón.
Un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) a la Regulación del Transporte de Carga en México mostró que la calidad del mantenimiento de la flota vehicular varía de acuerdo con los operadores en nuestro país.
A partir del segundo semestre de 2018, quedó establecido en la norma NOM-012-SCT-2-2017 que todos los camiones de carga de doble remolque (conocidos como fulles) que circulen en las carreteras nacionales, independientemente de su volumen de carga, deberán contar con un permiso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y cumplir con una regulación más estricta.
En esta norma se establecen los pesos y las dimensiones máximas con las que pueden circular los vehículos de autotransporte federal.
Dentro de las nuevas obligaciones que deberá acatar este tipo de transporte, destacan el uso de un sistema de posicionamiento global (GPS por sus siglas en inglés), gobernadores de velocidad, frenos antibloqueo (ABS por sus siglas en inglés), tener potencia y torque mínimos, así como utilizar un equipo certificado para acoplar sus remolques (sean convertidores o dollys).
Estos nuevos lineamientos también contemplan que el peso bruto vehicular máximo para este tipo de camiones debe ser de 66.5 toneladas, mismo que se podrá incrementar en 1.5 toneladas en cada eje motriz y una tonelada en cada eje de carga, lo que da como resultado un peso máximo de 75.5 toneladas.
En la norma se establece que la velocidad del camión deberá ser moderada a través de la computadora del motor, a efecto de que se restrinja su velocidad hasta un máximo de 80 km por hora, siempre con la responsabilidad de respetar los límites de velocidad en la carretera.
Sin olvidarnos que desde 2016, todo autotransporte que circule en carreteras federales debe contar, de manera obligatoria, con un seguro de responsabilidad civil; así garantiza el valor de sus bienes o mercancías por daños o pérdidas durante su traslado.
SEGURIDAD PARA TERCEROS Y CONDUCTORES
México tiene uno de los récords más bajos en seguridad carretera entre los países miembros de la OCDE en términos de fallecimientos o lesiones graves per cápita y por vehículo (incluyendo los vehículos de carga ligera). Los vehículos que transportan carga pesada están involucrados en una proporción relativamente menor de accidentes, pero la gran cantidad de vehículos pesados implica que las consecuencias de los accidentes en los que están involucrados son desproporcionalmente graves.
Para cualquier empresa de autotransporte es clave monitorear sus flotas, ofrecer un óptimo servicio al cliente que reduzca gastos y riesgos en la operación, así como brindar eficiencia en los tiempos muertos y ciclos de cargado.
Pero no todo se centra en la protección de las mercancías, también es importante hablar sobre la responsabilidad civil por daños a terceros, sean los mismos pasajeros del transporte o imprevistos como accidentes, cuestiones de salud del conductor o aspectos legales.
Por ello, es importante dar mantenimiento preventivo a las unidades, pues esto reduce significativamente las eventualidades por averías en el transporte.
Como otra medida de regulación, de acuerdo con la OECD, el conductor debe ser capacitado para conocer las medidas de seguridad necesarias antes y durante el traslado; en caso de algún accidente o eventualidad es necesario que conozca el protocolo a seguir para una reacción oportuna y efectiva. Dentro de sus pólizas, las aseguradoras brindan asistencia médica, legal o de cualquier otro tipo, de acuerdo con la cobertura.
Las empresas deben vigilar que sus autotransportes de carga tengan los mantenimientos correspondientes. Deben realizar verificaciones periódicamente sobre los estados de y la calidad de los airbags; revisar los espejos, cinturones de seguridad, el estado de sus máquinas.
Si nos referimos a la responsabilidad del conductor, deben identificar las zonas de estacionamiento habilitadas para el tipo de transporte que manejan; además de monitorear sus tomas de descanso, un punto esencial para garantizar la seguridad de todos.