Especialistas señalan que el reto en México es todavía grande, aunque ya existe tecnología de anclaje antisísmico.
Hace unos días se llevó a cabo el simposio Tecnología de Anclajes para Zonas Sísmicas, un tema sin duda de relevancia en México, pues a un año y medio de vivir el más fuerte recordatorio de que nos encontramos en una zona de peligro, seguimos observando edificios y construcciones que aún no han podido superar aquel fatídico 19 de septiembre de 2017.
Después de una serie de encuentros afortunados, pues se dieron cita ingenieros, calculistas, empresas constructoras y estudiantes en el simposio, platicamos sobre los resultados y retos con Borman Rojas y Thilo Pregartner, representantes de Fischer, empresa de tecnología en construcción y organizadores de este evento, junto con la Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural.
“En México sí hay interés por recibir nuevas tecnologías, este evento fue exitoso, ya que fue nuestra primera actividad de tal magnitud, pero también a la luz del futuro, se presentan grandes oportunidades”, asegura Rojas.
Dijo que a través de los años la normativa ha mejorado y el interés, estructuralmente hablando, aumenta; la figura del Director Responsable de Obra (DRO) es una figura de autoridad en los proyectos que cada vez se hace más presente y eso ha ayudado a que la normativa se cumpla un poco más.
“Con ellos el trabajo va muy avanzado”; sin embargo, ante la generalidad de la normativa una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace en campo; Rojas aseguró que falta hacer más específicas esas reglas y adaptar elementos de índole estructural. “Por ejemplo, las normas dicen que los edificios necesitan barreras anti-incendio, pero hasta ahí; el qué, cómo, dónde, no está establecido”.
Seguridad en la construcción
Rojas, quien es director de Fischer en México, asegura que también hay otro aspecto sobre seguridad que se ha dejado pasar, se trata de los elementos no estructurales (portacables, cielos, paneles, ventanas, puertas), los cuales también deben soportar los movimientos de la estructura.
“La normativa es muy laxa en este sentido, ya que en un sismo la mayoría de las cosas que pasan y que provocan daños, son en elementos no estructurales…Por supuesto que es muy importante que el edificio no colapse, pero también es muy importante la seguridad física de todos los elementos que están en una construcción…Los altos costos después de sismos, aún van sobre el tema de seguridad”.
Además, hablar de tecnología en estructuras no se limita a los grandes edificios, “simplemente para hacer un segundo piso en una casa, hacer fijaciones ligeras de ductos o portacables se tendrían que aplicar soluciones, sin embargo, volviendo al tema de seguridad, en construcciones pequeñas es todavía más incipiente. Normalmente el usuario ve más hacia el lado del costo que de la seguridad”.
Hoy la tecnología aplicada a la seguridad de edificios, tiene una vida útil de aproximadamente 50 años, “pero en México normalmente nadie se preocupa por 50 años, incluso aquí los desarrolladores sólo están obligados a dar garantías de un año, por ello muchas veces los productos no estructurales no duran y son ineficientes”.
Uso de la tecnología
Pregartner por su parte, quien es director en tecnología y aprobaciones de Fischer, platica que el tema de seguridad en anclajes ya tiene bastante historia, “hablamos de 20 años, pero siempre hay cosas por mejorar”, hoy el tema de sismos y homologaciones, tiene apenas 4 o 5 años para Europa.
Hemos trabajado en las homologaciones, especialmente para territorios sísmicos, en Europa hay dos categorías de homologaciones sísmicas, C1 para bajo nivel y C2 para sismos más intensos, esta última categoría es la más útil para México. Fischer trabaja con productos desde fijación ligera, hasta anclajes metálicos, productos químicos y de protección.
El especialista asegura que algo que también ha hecho la diferencia es trabajar la relación con las instituciones educativas y de investigación, “hoy junto con la Universidad de Sttutgard hemos hecho una comparación para lograr hacer casas más fuertes para sismos, en combinación con anclajes que provee Fischer.”
En esta oportunidad de visitar México igualmente se pudo hacer un intercambio de ideas con instituciones de investigación: “Hemos podido escuchar a las universidades durante el simposio, vimos que aquí las soluciones son diferentes, se usan menos los anclajes y más las estructuras de acero, que son muy invasivas”. La buena noticia es que a raíz de este encuentro se logró el contacto para seguir con la colaboración.
En México la tecnología ya tiene presencia desde hace algunos años y se puede constatar con construcciones icónicas como el Museo Jumex, que cuenta con un sistema de fijación para piedra natural y que es a prueba de sismos; la planta de BMW, la Torre Sequoia, el Tren Ligero de Guadalajara, entre otras obras. Pero el reto sigue siendo grande: “trabajar con las normas en el cálculo de anclaje a través de asociaciones, pero también sería una invitación al gobierno a participar de estos temas”.
Rojas concluyó que están convencidos de que a través de la tecnología se pueden salvar vidas e infraestructuras, “la idea del simposio fue colaborar con eso, a través de la difusión de conocimiento, por ello se hizo una mezcla de temas teóricos con temas prácticos y con invitados mexicanos reconocidos en el tema estructural… A raíz de este ejercicio de colaboración vendrá una etapa de análisis y diagnóstico para poder generar acciones concretas, pero comenzar por responder las dudas que habíamos recogido del mercado, sin duda fue un gran acierto”.