ROBOTS: NO SOLO VIENEN POR SU TRABAJO, SINO QUE CADA VEZ MÁS RÁPIDO

Implementación de robots en la industria es aún costosa; fabricantes buscan mejorar sus destrezas.

En un gran invernadero en la ciudad danesa de Odense, un escuadrón de robots manipula macetas de plástico listas para ser despachadas, sin siquiera hacer mella en ellas. En una planta de Huawei, en Shenzen (China), operarios humanos alternan labores con pequeños robots que llevan suministros de un lado a otro de la cadena de ensamblaje. En Hamburgo, una fábrica de Airbus, del tamaño de un pequeño centro comercial, ha llegado a tal grado de automatización que el fin de semana, la pueden manejar menos de una docena de personas porque el resto de las funciones las asumen robots.

Para los cinéfilos acostumbrados a ver máquinas humanoides en acción, estos casos podrían no ser algo especial, pero la verdad es que hasta hace poco, los robots se limitaban a realizar trabajos pesados precisos, preprogramados y repetitivos como la fabricación de automóviles. En cambio, hoy, en el invernadero Rosborg Food, los dispositivos de OnRobot toman decisiones y hacen ajustes sobre la marcha.

Una maceta puede estar ligeramente fuera de posición; la siguiente, un poco mas pesada. Los robots que pueden ver, aprender y agarrar diferentes articulos avanzan rápidamente en las industrias minorista, de alimentos, bebidas y de productos envasados de consumo.

Mientras que las entregas de robots a la industria automotriz de Estados Unidos cayeron un 12 % el año pasado, los envíos a empresas de alimentos y productos de consumo se dispararon un 48 %.

“La tecnología va tan rápido ahora que en dos o tres años se podrá hacer que el robot haga casi cualquier cosa”, afirmó Johnny Albertsen, máximo ejecutivo de Rosborg Food Holding.

La cantidad de empleos perdidos a causa de la automatización es difícil de calcular, en parte porque uno perdido suele crear muchos otros en nuevas industrias, pero casi el 40 por ciento de los trabajadores de EE. UU. operan en sectores –por ejemplo, servicios minoristas y de alimentos– que perderán sus puestos de trabajo a raíz de la automatización antes de 2030, según un informe de McKinsey.

Un equipo como el que utiliza Rosborg suele costar alrededor de 70.000 dólares e incluye el robot, las pinzas OnRobot del brazo y la instalación. Las pinzas y la capacidad de la máquina para ver son la clave. La mayoría de los robots industriales pesados aún operan a ciegas y deben estar rodeados de jaulas para mantener a los seres humanos fuera de peligro. No era posible ninguna variación. Ahora, cámaras permiten que los dispositivos vean un objeto, y la inteligencia artificial (IA) los ayuda a determinar la mejor manera de tomarlo.

La IA, mediante la cual una máquina mejorará su propio desempeño, será clave para que los robots realicen tareas como doblar la ropa, que son simples para los humanos pero difíciles para las máquinas.

“Podrían pasar 100 años antes de replicar los diminutos huesos, tendones y terminaciones nerviosas que hacen que la mano sea tan versátil”, detalló Junji Tsuda, presidente del fabricante de robots Yaskawa Electric, con sede en Kitakyushu (Japón).

“¿Cuál sería la mejor agarradera para copiar? Bueno, la mano humana”, expuso Jesse Hayes, gerente de automatización de Schunk. La firma de Lauffen am Neckar, de Alemania, diseñó una herramienta que produce un convincente gesto de ‘ven aquí’, pero, como cuesta 50.000 dólares cada una y no es suficientemente resistente para realizar trabajos de la industria pesada, la utilizan principalmente los investigadores.

“En general, para tomar muchos objetos, formas y geometrías diferentes, la mano humana es ideal”, puntualizó Hayes.

 

Julio – Agosto 2019

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