LA SEGURIDAD PRIVADA ENFRENTA CRISIS POR COVID-19

La demanda de servicios ha bajado 20 por ciento, algunos de sus clientes han cerrado y entre sus guardias hay contagios y fallecidos que apenas están contabilizando.

Empresas de seguridad privada alertan sobre un aumento de la inseguridad en el país y, al mismo tiempo, reportan que sus agremiados atraviesan por dificultades económicas debido a una baja significativa de la demanda de sus servicios, retraso de pagos de sus clientes y mayores costos por las medidas de seguridad para proteger a su personal del contagio del coronavirus.

La demanda de servicios de seguridad privada se ha reducido en 20 por ciento por el cierre de empresas que fueron consideradas como no esenciales para efectos de la contingencia sanitaria, y por reducción de requerimientos de personal de seguridad de compañías que se mantienen activas, dijo Armando Zúñiga, coordinador general de Agrupaciones de Seguridad Unidos por México (ASUME) que aglutina a alrededor de mil empresas en los 32 estados del país.

“Vemos una reducción de actividad en transporte, industria de la construcción y cervecera”, señaló Víctor Manuel Presichi Amador, de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV).

Puso de ejemplo a Grupo Modelo, que regularmente emplea a mil 500 unidades de transporte y ahora pide descuentos por el servicio y tiene vehículos parados.

En conferencia virtual, representantes de este sector pidieron al gobierno federal el poder diferir sus pagos al IMSS, Infonavit y fondo de retiro para enfrentar sus problemas de liquidez, que ya produjo el cierre de algunas empresas pequeñas de seguridad privada puesto que 80 por ciento de los costos de estas compañías lo constituye la nómina.

La pérdida de empleos en estas empresas es de 10 por ciento, pero podría llegar a 30 por ciento si no hay apoyo del gobierno, añadieron.

Por estar en la primera línea de los controles de ingreso y salida en empresas, instituciones e incluso hospitales, el coronavirus ha cobrado víctimas mortales entre sus guardias, de los que por ahora han detectado alrededor de 10 fallecimientos, indicaron, pero está en curso un censo de contagiados y decesos cuyos resultados se conocerán esta semana.

Aumento de la inseguridad

Los representantes indicaron que el robo en carreteras en general se ha incrementado 7 por ciento en el bimestre marzo-abril, pero en zonas específicas como la ruta Puebla-Veracruz-Tlaxcala, que fue el foco rojo el año pasado, el aumento ha sido de 40 por ciento, en Celaya-Salamanca, donde actúan dos bandas del narco que se disputan la plaza, el aumento ha sido de 25 por ciento, mientras que en la zona metropolitana de la Ciudad de México, donde el robo recae en unidades pequeñas dedicadas al reparto de productos, el incremento ha sido superior a 20 por ciento.

“Hay una situación de alerta”, señaló Presichi Amador, debido a que se prevé que las actividades delictivas despeguen como consecuencia de la crisis económica.

Los representantes de las empresas de seguridad privada indicaron que en el inicio de la contingencia se frustraron 80 saqueos a tiendas gracias a una coordinación entre empresas privadas e instituciones de seguridad pública, pero que el resurgimiento de este fenómeno está latente mientras más se prolongue la paralización de la actividad económica, ya no por vandalismo, sino por hambre de sectores de la población.

Otro de los riesgos, indicaron, fue que el recorte de costos a los que se ven obligadas las empresas de seguridad privada contraten personal sin los filtros adecuados para evitar que lleguen a sus filas personas dispuestas a aliarse con los delincuentes.

 

Mayo – Junio 2020

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