La contracción del consumo que está provocando el pánico social a contagiarse del coronavirus ya fue decisivo para la quiebra de dos marcas turísticas históricas como son la aerolínea británica Flybe y el touroperador español Trapsatur, que con amplia actividad en Latinoamérica se declaró en reestructuración por insolvencia ante la caída de ingresos.
Las empresas turísticas con elevadas deudas se erigen en las más amenazadas por la fuerte contracción del consumo de viajes que está implicando la crisis de pánico desmedido por el coronavirus, afectando a los ingresos del sector turístico como a ninguna otra industria, con algunas de las empresas turísticas más endeudadas sin apenas capacidad para generar grandes ingresos rápidos con la venta de activos con tal de calmar a los bancos.
La oleada de quiebras en aviación en los últimos tiempos –Germania, Monarch o Air Berlin–, así como de algunos intermediarios –Amoma o Thomas Cook–, puede sumar así nuevos candidatos en el caso de que la crisis sobre el coronavirus se alargue más semanas, y que las empresas con elevadas deudas se vean incapaces de demostrar planes de futuro disrruptivos y viables.
La aerolínea británica Flybe, como reveló preferente.com, anunció que deja de operar debido a los problemas que han provocado el coronavirus. La aerolínea de bajo costo con sede en Exeter y fundada en 1979 fue la aerolínea regional independiente más grande de Europa. Transportaba ocho millones de pasajeros al año y operaba más de 200 rutas.
Trapsatur no cesó operaciones pero ahora será un Administrador el que intentará salvarla para así venderla, indican expertos en la materia. La resolución asegura que el concurso se tramitará por el procedimiento abreviado y que los acreedores de Naturaleza y Turismo, razón social de Trapsatur, deberán comunicar sus créditos en el plazo de un mes, desde la publicación del edicto en el Boletín Oficial del Estado, el cual se produjo el pasado 28 de febrero (Trapsatur entra en proceso de reorganización por insolvencia).
En una situación de elevado endeudamiento y de afectación en los ingresos también se encuentra actualmente la aerolínea mexicana Interjet, a lo que se suma la intención del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de crear una nueva aerolínea comercial con los ex de Mexicana (Avianca se asusta por coronavirus: “Nadie sabe cuánto durará”).
Los 3,000 millones de pesos (USD 150,6 millones) que Interjet le debe al Gobierno mexicano, como reveló recientemente la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), son “una señal clara” de que la empresa “no tiene liquidez”, comenta José González, consultor de aviación de Aviation Consulting Group.
La importancia de Interjet, fundada en 2005 en Ciudad de México, radica en que atiende a más de 15 millones de pasajeros cada año a 55 destinos en 10 países, con una situación financiera desconocida porque los últimos resultados que reportó fueron del primer trimestre de 2019.
“Interjet tiene costos muy altos en comparación con su competencia y eso ha hecho últimamente que la liquidez se termine. Entonces sí es preocupante porque no sabemos hasta dónde el Gobierno lo pueda permitir porque sabe que Interjet está endeudada”, expone (Coronavirus: Booking, Hotelbeds, aerolíneas y hoteleras, afectadas).
En Europa, otra aerolínea se encontraba en una situación similar como es Norwegian Air Shuttle, cuyas acciones se hundieron más de un 23 por ciento en la bolsa de Oslo. Desde hace un mes, Norwegian perdió el 70 por ciento del valor, el 95 por ciento desde 2015. Las diferentes empresas de intermediación bursátil temen un desenlace negativo para la compañía.
A lo largo de su ya larga historia de crisis, la compañía noruega siempre ha encontrado alguna manera de obtener liquidez para resolver sus interminables pérdidas, sin embargo, ahora, una vez hipotecados sus slots, ya no dispone de reservas de dinero para hacer frente a los gastos, y resulta complicado que pueda hacer una emisión de acciones para paliar su crisis.
La propia Norwegian reconoció en un comunicado que “la situación es complicada” y que “está cambiando constantemente”. Los gestores, que inicialmente pensaban que en 2020 podrían conseguir beneficios por primera vez en un lustro, admitieron que la pérdida de clientes derivada del pánico al virus chino haría que hasta 2021 no pudiera haber beneficios.
Algunos financieros noruegos indicaban que de seguir así, la compañía se podría encontrar con la caja vacía para finales de junio. Los mismos especialistas no son optimistas sobre una emisión de acciones, ya que ha hecho tres emisiones en los dos últimos años.
El valor de la compañía cerró con una pérdida del 95 por ciento de su valor respecto de 2015, en el nivel más bajo de los últimos 15 años.
Así, el coronavirus se cobró ya la quiebra de dos marcas turísticas históricas, mientras amenaza a otras empresas emblemáticas de la industria con perfiles similares de elevado endeudamiento y dificultades para generar ingresos estas semanas.