Efectivamente, desde el 1° de enero de 2019, la ley establece que todo conductor que transite por puentes o carreteras federales a lo largo y ancho del estado debe contar con una póliza vigente. Esto sin importar el tipo de vehículo que sea, su antigüedad ni su valor de cotización.
Si bien lo ideal es contar con un seguro de auto con cobertura amplia, para estar cubierto en cuanto a lo exigido por la regulación, basta con que cuente con cobertura de responsabilidad civil. Es decir, que alcance a cubrir los daños y/o eventuales lesiones físicas que pudieran generarse a terceras personas, sean automovilistas o peatones, en caso de ser el culpable por el siniestro.
La sanción prevista por la propia Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, para el caso de conducir sin contar con esta previsión, es una multa equivalente a veinte o hasta cuarenta días de salario mínimo vigente. Esto conforme a los datos publicados por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), lo que hoy supera los 5,600 pesos.
A eso hay que sumar el hecho de que cada municipio también puede imponer la exigencia de contar con la misma u otro tipo de cobertura, dentro del marco de sus competencias para regular la seguridad vial.
Aún así, a pesar de poder hacerse pasible de sanciones, todavía es bajísimo el porcentaje de vehículos circulantes en el país que cuentan con algún tipo de protección en este sentido. De acuerdo a las cifras que publica periódicamente la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), la gran mayoría carece de seguro: únicamente tres de cada 10 autos (30%) existentes en México cuentan con ello.
Por supuesto que lo más preocupante no es la posibilidad de que sea impuesta una multa, sino el alto riesgo que implica la falta de prevención frente a accidentes como los viales que, lamentablemente, suelen ser de una frecuencia sorprendente. Actualmente se producen 48 accidentes viales por día en las carreteras federales, conforme el Anuario Estadístico de Accidentes en Carreteras Federales. Esto arroja un resultado anual de 17,520 siniestros.
Si bien las causas son diversas, las principales se vinculan con faltas atribuibles a los conductores, como distraerse mirando el teléfono celular, exceso de velocidad o consumo de bebidas alcohólicas, las cuales se suman a las causadas por motivos naturales como puede ser la caída de granizo, inundaciones en las rutas o fuertes vientos.
Para aquellos mexicanos que dirigen su seguro, es importante que sepan que, en este sentido, aplica perfectamente el dicho que reza “es mejor prevenir que curar”, ya que muchas veces, por intentar ahorrar algunos pesos al mes, en caso de acontecimiento de un accidente, los valores de las cuentas por pagar serán mucho más elevadas. Solo basta pensar en los costos de reparación del vehículo dañado, o en las indemnizaciones por posibles lesiones ocasionadas a terceras personas.