El 25% de la población española se considera adicta al teléfono, ¿cómo se puede evitar cuando es una herramienta de trabajo? Los expertos nos comparten sus tips para reducir su consumo.
¿Cuántos minutos al día miras y consultas tu teléfono móvil? ¿Sabrías decirnos y calcular una cifra aproximada? Eso sí, una cifra real… no como esa aproximación que hacemos con la cifra que marca la báscula a principio de año.
Según los datos compartidos en el INE, se calcula que las personas entre 18 y 24 años pasan alrededor de seis horas y media con la vista enfrascada en su teléfono móvil. Un dato que, teniendo en cuenta las horas recomendadas de descanso, equivaldría a más de un tercio del tiempo total que se tiene en el día a día. No es de extrañar que, con esas cifras, España sea el país europeo con más adicción adolescente a la red. Eso sí, pese a este dato, ellos no son los únicos «adictos» a su teléfono móvil.
Según la experta en coaching e inteligencia emocional, Silvia Fuentes, se calcula que cerca del 25% de la población adulta, entre los 18 y los 65 años, se podría considerar adicta al móvil, siendo las mujeres las que más lo utilizan. Unos 50 minutos más.
¿No lo crees? Sal a dar un paseo. Tus músculos y articulaciones te lo van a agradecer y, de paso, podrás ver cuántas personas van «caminando» con la vista inmersa en su móvil. Ya te advertimos que la cifra es escalofriante.
Y sí, sabemos que, con el teletrabajo, el móvil se ha convertido en una herramienta más, pero… ¿pasas todas esas horas trabajando o, en la mayoría de las ocasiones, te quedas obnubilada con algún baile de TikTok, viendo vídeos de gatitos o, simplemente, intereactuando en redes? En este sentido, al igual que ocurría con la adicción al ejercicio, es importante establecer qué es y qué no y cómo diferenciarla de la procrastinación.
Según la coach de inteligencia emocional, Ixi Ávila, se puede hablar de adicción cuando: «No podemos vivir sin el teléfono o desconectar porque nos genera ansiedad no estar con él». Al mismo tiempo, la psicóloga sanitaria en Centro Cepsim, Lidia G. Asensi, señala que «si la utilización del móvil supone una pérdida de control o hay una alteración en el funcionamiento diario, es un indicador de que podemos estar ante un problema de adicción».
De la misma manera, Ixi matiza que este tipo de adicción se puede generar por «el consumo que generan las redes sociales de dopamina. Un neurotransmisor encargado de controlar los centros de recompensa y placer del cerebro. Las redes sociales compiten por la atención y, cuanto más tiempo se pasa en ellas, más dinero ganan. Por eso, tienden a producir esos chutes de dopamina, que nos den ganas de volver a entrar en ellas».
¿Cómo se puede detectar esta adicción?
Las personas que la sufren, tienden a experimentar, según la psicóloga Lidia G. los siguientes síntomas:
- Hipervigilancia al teléfono. Necesidad de revisar los mensajes o redes sociales y encuentran placer en ello.
- Miedo racional a estar sin teléfono. Sentir inquietud, incapacidad de disfrute y/o ansiedad cuando están sin este objeto.
- Un uso constante en situaciones que impliquen riesgo como, por ejemplo, mientras se conduce.
- Perder la noción del tiempo ante el uso del teléfono.
¿Hay un tipo de personalidad más propensa a sufrir esta adición?
La coach Ixi Ávila matiza que:»Más que un tipo de personalidad concreto, hay muchos factores que la fomentan. Aún así, las personas que tienen problemas de autoestima o con una necesidad excesiva de aprobación», suelen ser más propensas a ella.
Asimismo, Lidia coincide con la experta, añadiendo que hay rasgos de personalidad y emocionales que aumentan esta predisposición a la adicción, como aquellas que tienen una mayor pérdida del control o no saben gestionar la frustración».
Las consecuencias de la adicción al móvil
La autora de ‘A mi móvil no le huelen los pies (pero tampoco me abraza)’ que trata justo este tema al móvil y coach, Silvia Fuentes señala que, más allá de que las personas sean más o menos conscientes de esta adicción, desconocen las consecuencias físicas y psicológicas de padecerlas. Las expertas matizan que la adicción al móvil puede generar: falta de concentración, depresión, insomnio, dificultades para conciliar el sueño, distanciamiento social y cambios en el estado de ánimo, entre otras.
Es más, según uno de los últimos estudios de UIC Barcelona esta necesidad de consumo, sobre todo entre los más pequeños, puede llegar a desencadenar problemas emocionales y de comportamiento. Secuelas que, a través del mindfulness, se podrían llegar a tratar.
¿Qué ‘tips’ darías para evitar o tratar este tipo de consumo?
En primer lugar, como dicta Lidia «acudir a un profesional (ya sea a través de la consulta online psicológica o no) y ver conjuntamente que ha generado o está generando ese uso desmesurado del teléfono móvil». No obstante, como añade la experta, se pueden llevar algunas pautas para evitar este mal uso del teléfono como:
- Crear ratos de desconexión. Apagar el teléfono o dejarlo en una habitación diferente y realizar otras actividades (por ejemplo, el yoga te ayudará a sentirte mejor en 15 minutos)
- Marcar horarios concretos en los que hacer uso del móvil y las redes sociales.
- No dormir cerca del teléfono, para evitar revisarlo antes de dormir o al levantarnos.
- Además, Ixi añade otras dos recomendaciones o trucos como:
- Dejar de seguir, bloquear etc. Cuántos menos estímulos recibamos al día, mejor. Es importante cerrar la puerta a lo que no suma.
- Clasificar los mensajes en diferentes carpetas. Con ello, se reduce la saturación y la sensación de agobio al ver todas las notificaciones en la misma bandeja mezcladas.
- Con estas claves, podrás ir disminuyendo, poco a poco, su consumo.