De acuerdo con un estudio elaborado por LinkedIn en 163 países, las mujeres representan el 41.9% de la fuerza laboral general. También se encontró que, en los últimos tres años, solo fue en el 2021 que la proporción de empleos ocupados por mujeres aumento 0.12 puntos porcentuales, en comparación con el 2022 que hubo una caída de 0.03 puntos y un descenso aún mas pronunciado en este 2023 de 0.31 puntos porcentuales.
Por otro lado, se halló que hay industrias en las que la representación de las mujeres ha tenido un aumento considerable desde 2016 (aunque disminuyó a principios de 2023). Estas industrias son el gobierno y sector público (+1,8 puntos porcentuales en 2022 en comparación con 2016), la infraestructura (+1,16 puntos porcentuales), servicios profesionales (+0,95 puntos porcentuales), y tecnología, información y medios (+0,94 puntos porcentuales).
Específicamente en el terreno de la tecnología se ha detectado que las mujeres ocuparon el 25% de los trabajos de seguridad cibernética a nivel mundial en 2022, frente al 20% en 2019, y alrededor del 10% en 2013. Con base en tal tendencia, se pronostica que las mujeres representarán el 30% de la fuerza laboral de seguridad cibernética mundial para 2025, y que alcanzará el 35% para 2031.
En este sentido, cuando se habla de ciberseguridad, se debe especificar que las especialidades de referencia son la protección de las redes corporativas, la seguridad de IoT, IIoT e ICS, y ciberseguridad para aplicaciones médicas, automotrices, de aviación, militares, defensa, y otros. El detalle radica en que existe una gran brecha de género cuando se consideran los roles principales en ciberseguridad; por ejemplo, las mujeres ocupan solo el 17% de los puestos de directoras de seguridad de la información (CISO) en las empresas Fortune 500.
Sin embargo, hay que considerar que hay una escasez global de talento en ciberseguridad que contribuye a que las redes y los datos sigan en riesgo. Hay más de 3.4 millones de puestos de trabajo abiertos en el mundo, para hombres y mujeres, y el 70%los trabajadores de ciberseguridad sienten que sus organizaciones no tienen personal para defenderse eficazmente contra los ciberataques, según una investigación de ISC sobre la fuerza laboral de ciberseguridad del 2022.
Aunado a ello, se ha encontrado que, al contratar profesionales en ciberseguridad, muchas organizaciones han establecido altos estándares de contratación que impactan en la escasez de talento. A menudo enfatizan en habilidades específicas, o solicitan cinco o más años de experiencia para puestos de nivel inicial, en lugar de buscar personas que demuestren capacidad o habilidades que complementen las necesidades de ciberseguridad. Este es un obstáculo universal en toda la industria.
Este panorama está contribuyendo a un desequilibrio de género en la materia. El estudio sobre la fuerza laboral de ciberseguridad citado anteriormente reveló que las mujeres constituían una fracción de la población en ese campo. Las mujeres menores de 30 años representan el 30% de la fuerza laboral, pero esa cifra cae al 24% entre las edades de 30 y 38 años. La brecha es aún mayor entre las personas de 39 años o más.
Sin embargo, a pesar de las batallas libradas para alcanzar sus puestos, el estado general de la industria para las mujeres está mejorando. Las mujeres parecen estar logrando mayores avances en ciberseguridad porque la industria depende de habilidades de colaboración y creación de redes, y estas son habilidades en las que las mujeres tienden a sobresalir.
Además, organizaciones como WiCyS, Executive Women´s Forum, Minorities in Cybersecurity y Empow(H)er Cybersecurity buscan ayudar a las mujeres a sobrellevar el proceso de contratación y otras barreras, porque además de ello, se sabe que muchas personas trabajan en ciberseguridad por casualidad y no debido a que hayan estudiado ciencias de la computación o tecnología de la información: en la comunidad de la ciberseguridad siempre hay alguien dispuesto a ayudar a quien quiere aprender.