Anuncia el Jefe de Gobierno de CDMX Martí Batres una iniciativa de reforma constitucional en materia de vivienda para “dotar de un presupuesto anual a las unidades habitacionales con viviendas en condominio”.
La carnada es que, dice el gobierno capitalino, más de 4 millones de personas propietarias de condominios con ese “subsidio” podrán cubrir el costo de mantenimiento que a veces no cubren las cuotas vecinales ordinarias.
Sale barato lo que se arregla con dinero, se dijo el morenismo, seguros de que los propietarios de condominios aceptarán gustosos el “subsidio” y será muy tarde cuando se den cuenta que, como el que paga manda, el Gobierno habrá doblegado a esas clases medias al asumir el control político de 4 millones de condóminos.
Los ojos no sirven de nada un cerebro ciego
La semana pasada, en este generoso espacio de El Economista, se comentó que la pelea entre bandas del crimen organizado por el control de la frontera era, tristemente, resultado de cerrarle las rutas marítimas al trasiego de drogas y de personas.
El pasado martes, en Chicomuselo, Chiapas, fueron asesinadas 11 personas, un menor, cinco mujeres y cinco hombres por uno de los grupos delictivos que se disputan la zona ante la criminal pasividad de las autoridades.
Los obispos chiapanecos piden auxiliar a las comunidades agraviadas y víctimas de los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa, sin que el Gobierno de la República se dé por enterado.
Cierto, hay prioridades electorales y bien haría la próxima inquilina de Palacio Nacional recordar la frase de Huxley: “los hechos no dejan de existir sólo porque sean ignorados” y quizá, sólo quizá, el uno de octubre algo cambie para corregir las criminales omisiones de la fallida política de “abrazos no balazos”.
La bancarrota de la izquierda mexicana
Quizá el doctor Diego Castañeda exagera en su diagnóstico, de la bancarrota intelectual de la izquierda, pero hasta hoy nada hace el “izquierdista” Gobierno de la República, para corregirlo, más bien parece decidido a confirmarlo.
Critica Castañeda Garza las ideas de que “alcanza con lo que tenemos, sólo tenemos que gastarlo bien». Pues no, dice, pues alcanza para lo que tenemos ahora, pero queremos mejores cosas”.
Probablemente la próxima Presidente, forzada por la realidad del reborujo contable que hereda, pasadas las elecciones, sopese alternativas. Claro si le deja tiempo recoger el tiradero que recibirá.