ME.- ¿Cuáles son las prioridades estratégicas para el Tec de Monterrey en esta nueva etapa en la que inicias como Rector de esta casa de estudios?

JPM.- Para una institución con el alcance geográfico y la diversidad de niveles académicos del Tec de Monterrey, ha sido un proceso de reflexión profundo definir las prioridades en las que queremos enfocarnos. Como toda universidad, lo esencial son los alumnos y los profesores. Así que la primera gran prioridad es el talento académico:

Por un lado, atraer a los mejores estudiantes. El 50% de nuestros alumnos recibe algún tipo de beca o apoyo financiero, y decidir a quién se le otorga qué tipo de apoyo es un proceso clave dentro de la estrategia.

Por otro lado, la contratación y el desarrollo de profesores. En el Tec colaboran cerca de 9,000 profesores en distintas modalidades, desde nuestro programa Faculty of Excellence hasta profesores de tiempo completo y de cátedra.

La segunda gran área de enfoque es la investigación aplicada, vinculada a la innovación y al emprendimiento. Queremos que la ciencia y la tecnología que se desarrollan en el Tec ayuden a resolver los retos de las comunidades y de las empresas, impulsando así una economía basada en el conocimiento.

El tercer pilar es la inversión en salud, tanto en la formación de profesionales como en la innovación en procesos de atención y bienestar. Queremos ver la salud de manera integral, abarcando prevención, bienestar y longevidad, más allá de la remediación de enfermedades.

En cuarto lugar, la innovación educativa, en particular el impacto y las oportunidades que brinda la inteligencia artificial en la enseñanza y el aprendizaje. Y finalmente, debido a la presencia multi-campus del Tec en diferentes estados de México, necesitamos estrategias específicas para cada región, aprovechando la fortaleza de tener una red nacional y al mismo tiempo enfrentar los retos operativos que ello implica.

Faculty of Excellence

ME.- Mencionaste el Faculty of Excellence. ¿Podrías abundar un poco más en qué consiste este programa?

JPM.- El Tec tiene cerca de 2,000 profesores de tiempo completo, muchos de ellos extraordinarios. Hace algunos años decidimos lanzar un programa para atraer y retener a líderes globales en sus disciplinas, personas que sean referentes en investigación y práctica profesional. Empezamos con la meta de llegar a 50 o 60 profesores y, con el tiempo, escalarlo a 100. Un ejemplo es Raj Sisodia, cofundador del movimiento de capitalismo consciente junto con John Mackey (fundador de Whole Foods). Raj ha sido pionero en plantear cómo el capitalismo puede generar valor para todos los grupos de interés, no solo para los accionistas, y ahora es profesor de tiempo completo en el Tec.

Con este programa buscamos no solo atraer talento global, sino también fortalecer a los profesores que ya están en la institución, potenciando su impacto en la formación de alumnos y en proyectos con la comunidad.

Impulso a la investigación: Institutos y centros clave

ME.- He escuchado en varios de tus mensajes la importancia de los institutos de investigación. ¿Cómo se traducen estos esfuerzos en el Tec?

JPM.-Todo el mundo quiere que el Tec haga más y mejor investigación, pero el reto es cómo fondearla. En México invertimos poco en investigación y desarrollo (alrededor de medio punto del PIB), y eso implica que tanto gobierno como empresas destinan menos recursos a la innovación. Muchas veces se asume que solo el gobierno debe invertir, pero también las empresas pueden involucrarse. En otros países, los gobiernos apoyan a universidades privadas sin fines de lucro, como el MIT en Estados Unidos. Nosotros, al ser también una universidad privada sin fines de lucro, hemos tenido que generar nuestros propios recursos y focalizarlos.

Con esto en mente, creamos tres institutos interdisciplinarios:

  • Institute for the Future of Education: Centrado en transformar la educación superior y el aprendizaje a lo largo de la vida.
  • Institute for Obesity Research: Enfocado en combatir la obesidad y el sobrepeso desde un enfoque multidisciplinario que integra biología, medicina, política pública, diseño urbano y hábitos de consumo.
  • Institute for Materials for Sustainable Manufacturing: Busca desarrollar mate-riales sostenibles y mejorar procesos de manufactura con un enfoque en la sustentabilidad, algo vital para un país industrial como México.

Adicionalmente, tenemos centros como el Centro para el Futuro de las Ciudades, que aborda los desafíos de la vida urbana, y el Centro de Primera Infancia, creado en alianza con la Fundación FEMSA para apoyar la educación y bienestar infantil desde antes del nacimiento hasta los seis años.

Formación humanista y visión al 2030

ME.- Me parece fundamental el enfoque humanista que mencionas. ¿Cómo lo integran al modelo educativo?

JPM.- Definimos nuestra visión al 2030 alrededor del liderazgo, la innovación y el emprendimiento para el florecimiento humano. Queremos formar líderes que, además de tener una base técnica sólida, cuenten con una formación integral y un sentido de corresponsabilidad hacia su comunidad y hacia el planeta. Nuestra Escuela de Humanidades y Educación juega un papel clave para garantizar que los estudiantes no solo se formen en lo académico, sino que adquieran valores y competencias para generar un impacto positivo.

Impacto en el ecosistema empresarial y social

ME.- Hablemos del liderazgo y el emprendimiento que impulsan. ¿Cómo se traduce esto en la trayectoria de los egresados del Tec?

JPM.- El mayor orgullo y prestigio del Tec proviene del impacto de sus egresados. Tenemos cerca de 300,000 egresados de programas profesionales y de posgrado, y otros tantos de preparatoria, a lo largo de más de 80 años de historia. Muchos de ellos han sido fundadores de empresas que hoy son muy relevantes en el panorama nacional y global, mientras que otros transforman organizaciones ya existentes, tanto en el sector privado como en el público y el social.

Hace unos años, en el marco del 75 aniversario, hicimos una encuesta, ésta reveló que sus egresados han fundado 200,000 empresas, generando ventas anuales equivalentes al 19-20% del PIB y creando 3.5 millones de empleos. Además, 1 de cada 10 ha impulsado iniciativas de impacto social con más de 25,000 organizaciones. Su influencia se extiende a la investigación, la administración pública y la política, contribuyendo al desarrollo de México.

Rumbo a un futuro sostenible y humanista

ME.- ¿Cómo visualizas el papel del Tec en los próximos años?

JPM.-Nos vemos asumiendo una respon-sabilidad creciente en sostenibilidad, formación de talento y generación de conocimiento. Estamos convencidos de que la educación es el mejor motor de cambio positivo en la sociedad, y el Tec debe liderar con el ejemplo. A través de iniciativas como Ruta Azul para el cuidado del medio ambiente, la creación de institutos de investigación y la formación de líderes con enfoque humanista, queremos contribuir a un mundo más justo y próspero. Creemos en la esperanza activa, en la que cada persona, cada profesor y cada alumno sean agentes de transformación y trabajen con corresponsabilidad para generar impacto real en la sociedad.

ME.- ¿Cómo beneficia esto a la sociedad en su conjunto?

JPM.-El valor de retorno que generamos al colaborar con empresas e instituciones es enorme, tanto en el ámbito público como en el privado. Las empresas pueden acercarse al Tec para resolver retos específicos de formación y, en el proceso, se impulsa la competitividad y el desarrollo de sus equipos. Este círculo virtuoso aporta beneficios a la economía y a la sociedad, al contar con personas más preparadas y con mayor capacidad de liderazgo y adaptación.

Sostenibilidad y “Ruta Azul”

ME.- Mencionaste que la sostenibilidad es uno de los grandes desafíos de nuestra época. ¿Cuál es la visión del Tec en este tema?

JPM.- Creo firmemente que la sostenibilidad será el gran reto de los próximos 20 o 30 años. El modelo actual de producción y consumo no es sostenible: cada año consumimos los recursos del planeta a un ritmo que rebasa la capacidad de regeneración. Esto ya se traduce en efectos concretos como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.

Las universidades, como actores sociales y académicos, tenemos una gran responsabilidad. Hace más de cinco años lanzamos en el Tec un plan integral de sostenibilidad que llamamos “Ruta Azul”, que abarca varios ejes: Mitigación y adaptación al cambio climático, Educación, Investigación, Gestión interna y Cultura.

En mayo realizaremos un evento junto con la UNAM para compartir experiencias y buenas prácticas entre universidades. Creemos que, trabajando en conjunto, podemos generar un impacto significativo para un futuro más próspero y sostenible.

Tecnología e Inteligencia Artificial en la educación

ME.- Otro tema relevante es el impacto de la tecnología, en especial la inteligencia artificial generativa, en la educación. ¿Cómo lo está abordando el Tec?

JPM.-Históricamente, el Tec ha visto en la tecnología una oportunidad para transformar la educación. Es cierto que hay quienes temen a la inteligencia artificial y la bloquean, pero nosotros preferimos analizar sus capacidades y ver cómo puede resolver los grandes retos educativos.

En México, por ejemplo, tenemos desafíos de acceso, equidad, pertinencia y calidad. Al mismo tiempo, los recursos son limitados, así que no podemos “seguir haciendo más de lo mismo”. Ahí es donde la tecnología y la IA pueden ser un gran aliado para escalar la educación de calidad, personalizar el aprendizaje y llegar a poblaciones que hoy están excluidas.

Hace poco, Sal Khan, fundador de Khan Academy, lanzó “Khanmigo”, un prototipo que combina IA generativa con metodologías pedagógicas. En vez de solo responder preguntas, la herramienta guía al alumno con un enfoque socrático. Ese es el tipo de soluciones que nos interesa explorar.

Por ello, creamos en el Tec una Dirección de Inteligencia Artificial para la Enseñanza y el Aprendizaje, encargada de:

  • Capacitar a los profesores para usar IA en sus clases.
  • Diseñar programas que aseguren que los estudiantes sean “AI ready” en cualquier disciplina.
  • Innovar en posgrados y educación continua, como la maestría en Inteligencia Artificial Aplicada, que ya cuenta con más de 1,200 alumnos.

Nuestro modelo educativo Tec21 facilita la actualización de los planes de estudio sin esperar a rediseñar una carrera completa. A través de “Semestres Tec” y concentraciones, los estudiantes pueden adquirir competencias en IA, ciencia de datos o cualquier área emergente. Queremos que la tecnología sea una herramienta transformadora, no solo un recurso aislado.

Estilo de liderazgo y esperanza activa

ME.- Para cerrar, ¿cómo defines tu estilo de liderazgo y qué mensaje deseas transmitir a tu comunidad universitaria?

JPM.- Lo primero es ver el futuro con esperanza. En un mundo lleno de desafíos —desde la geopolítica hasta el cambio climático— podríamos quedarnos en la visión pesimista de que todo va mal. Sin embargo, prefiero creer que el futuro puede ser mejor y que cada uno de nosotros puede tener un rol en construirlo.

En segundo lugar, esa esperanza debe ser activa: no basta con esperar; hay que actuar. Esto implica desarrollar las capacidades técnicas y humanas para hacer realidad las ideas, ya sea a través de la colaboración, la investigación, la incidencia social o la creación de proyectos y empresas.

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