Cinco encuentros temáticos marcarán la hoja de ruta de la inteligencia artificial en salud durante 2025, con expertos, mesas redondas y un enfoque colaborativo que conecta ciencia, tecnología y medicina para transformar el futuro de los pacientes.
Por Alicia Rivera
La revolución de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito sanitario ya no es una promesa de futuro: es una realidad que se está construyendo día a día en hospitales, laboratorios y centros de innovación. Así lo dejó claro el evento #MUYIATrends Executive Update 2025: Innovation in Healthcare, celebrado el pasado 10 de abril, donde expertos en salud digital, médicos, representantes de pacientes y tecnólogos analizaron los retos y oportunidades que plantea esta tecnología en el sistema de salud actual.
El primer Executive Update de 2025, celebrado en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, reunió a profesionales sanitarios y expertos en inteligencia artificial en un espacio común de diálogo y aprendizaje. Moderado por la periodista especializada en salud Dolors Marco, el encuentro reunió las claves del ecosistema sanitario en torno a un objetivo común: entender cómo la IA puede mejorar la atención médica, desde el diagnóstico hasta la gestión hospitalaria, pasando por la experiencia del paciente y la protección de los datos.
El evento arrancó con una ponencia de alto nivel a cargo de José María Veganzones Alonso-Cortés, subdirector general de Planificación, Operaciones y Servicios de la Consejería de Digitalización de la Comunidad de Madrid, quien trazó un mapa del ecosistema actual de la inteligencia artificial aplicada a la sanidad. En su intervención, subrayó el ritmo acelerado al que evoluciona esta tecnología, con modelos como GPT-6, Claude 3 o Google Gemini 4 que ya están marcando la pauta a escala global. Sin embargo, hizo hincapié en que, pese a su enorme potencial, la IA no debe actuar nunca de forma autónoma en la toma de decisiones clínicas.
“La inteligencia artificial ha venido para quedarse, pero debe estar siempre bajo supervisión humana”, afirmó. En este sentido, explicó que en los hospitales públicos de la Comunidad de Madrid ya se están utilizando algoritmos avanzados para ayudar en la predicción de la gravedad de heridas, en el diagnóstico de patologías mediante imágenes o incluso para leer de forma automática los informes de urgencias. El objetivo es claro: utilizar la IA como un instrumento de apoyo que libere tiempo al profesional y mejore la seguridad del paciente, pero sin reemplazar nunca la experiencia y el juicio clínico del médico.
José María Veganzones también recordó la importancia de establecer una regulación sólida y armonizada a nivel internacional. “El reto no es solo técnico, sino también legal y ético. Necesitamos que garanticen que la IA se utiliza de forma segura y equitativa en todos los sistemas de salud”, concluyó.
Radiología con IA: la precisión del algoritmo al servicio del diagnóstico humano
Uno de los campos donde la inteligencia artificial ya está dejando huella es el diagnóstico por imagen. Así lo explicó el Dr. Teodoro Martín Noguerol, neurorradiólogo de la Sociedad Española de Radiología Médica, quien compartió su experiencia en la aplicación de modelos de IA en resonancia magnética y otras técnicas de imagen avanzada. Durante su intervención, abordó tanto las oportunidades como las complejidades que entraña la incorporación de estas herramientas en la práctica clínica.
“Existen muchos tipos de inteligencia artificial. Algunos modelos son muy rápidos pero poco transparentes, mientras que otros ofrecen resultados más comprensibles aunque requieran más tiempo de procesamiento”, explicó. La clave, según el Dr. Martín, está en encontrar un equilibrio entre eficiencia y explicabilidad. Además, señaló que no basta con tener un modelo bien entrenado: también es crucial trabajar con datos de calidad, bien etiquetados y representativos de la población a la que se quiere aplicar.
Otro de los aspectos que destacó fue la necesidad de utilizar datos locales. “La mayoría de los modelos de IA actuales están entrenados con datos anglosajones. Pero si queremos que sean realmente útiles aquí, debemos entrenarlos con nuestras propias bases de datos, que reflejen nuestras particularidades clínicas, idiomáticas y culturales”, puntualizó. Solo así, afirmó, se puede generar la confianza necesaria entre los profesionales para que adopten estas tecnologías de forma masiva.
El papel del paciente: tecnología más humana y accesible
Si hay una perspectiva imprescindible en este debate es la del paciente. Y en ese sentido, la intervención de Manuel Arellano, vicepresidente segundo de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), sirvió para recordar que la tecnología debe construirse con los pacientes, no solo para ellos. Arellano defendió que la IA tiene un enorme potencial para mejorar la calidad de vida, especialmente en personas con enfermedades crónicas o que requieren un seguimiento continuo. Desde acortar las listas de espera hasta facilitar el acceso a ensayos clínicos o tratamientos personalizados, las posibilidades son amplias.
Sin embargo, también advirtió sobre los riesgos que pueden derivarse de un desarrollo tecnológico que no tenga en cuenta la diversidad y la equidad. “Hay modelos entrenados solo en inglés, que no reconocen los acentos o expresiones de personas hispanohablantes. Esto puede generar exclusión. Además, si no tenemos en cuenta a las minorías o a las personas con discapacidades en el entrenamiento de la IA, perpetuamos los sesgos del sistema”, denunció.
Manuel Arellano propuso una hoja de ruta clara centrada en las personas: respeto a la dignidad humana, accesibilidad, participación activa de los pacientes, confidencialidad de los datos, rendición de cuentas de quienes desarrollan e implementan la tecnología, y fomento de la alfabetización digital en la ciudadanía. “La IA debe ser una herramienta de inclusión, no de discriminación”, indicó. Además, destacó la generosidad que tienen que tener los pacientes a la hora de compartir sus datos “porque los datos salvan vidas».
Gobernar los datos: el reto de la interoperabilidad y la ciberseguridad
Otro de los puntos clave que se abordaron fue el de la gobernanza de los datos sanitarios. Carlos Gallego Pérez, Coordinador del Comité Técnico en Inteligencia Artificial de la Sociedad Española de Informáticos de la Salud (SEIS), abordó el complejo entramado que existe detrás de la digitalización de la sanidad. “Los datos son el combustible de la inteligencia artificial, pero también su punto más delicado”, señaló. Y es que, aunque España es uno de los países más avanzados en interoperabilidad, todavía queda un largo camino por recorrer en materia de protección y gestión responsable de la información.
Carlos Gallego explicó que, cuando los datos se recogen, normalizan y estructuran de forma adecuada, se convierten en un recurso valiosísimo para entrenar algoritmos capaces de detectar patrones, predecir riesgos o asistir en decisiones clínicas. Pero también recordó que esos datos deben ser gestionados con estrictas garantías de seguridad y confidencialidad. “No podemos permitirnos que un fallo en ciberseguridad comprometa la salud de miles de personas. Proteger el dato es proteger al paciente”, subrayó.
Además, defendió la necesidad de construir repositorios comunes de datos de salud, accesibles para los distintos niveles del sistema sanitario. Esta visión, según Gallego, permitiría que la IA se aplique de forma equitativa en todo el territorio y facilite una atención más ágil y personalizada.
Una mesa redonda que conectó innovación, ética y realidad
La mesa redonda final, en la que participaron los ponentes anteriores, permitió conectar todos los hilos del debate: la necesidad de una IA ética, el papel central del paciente, la importancia de la transparencia en los algoritmos y el valor del dato como recurso público. Una de las ideas más repetidas fue que la tecnología no puede imponerse desde arriba, sino que debe nacer de las necesidades reales de quienes usan el sistema: pacientes, médicos, personal de enfermería, gestores sanitarios.
También se planteó el reto de garantizar que los avances lleguen a toda la ciudadanía, independientemente de su situación económica o del lugar donde vivan. “La IA solo tendrá sentido si mejora la vida de las personas y si está disponible para todos. Democratizar el acceso a la innovación debe ser una prioridad”, coincidieron los expertos.
Gestión inteligente: cómo la IA transforma hospitales desde dentro
Como cierre del evento, la Dra. María Luaces, Directora de Innovación del Hospital Clínico San Carlos, ofreció una perspectiva novedosa: la aplicación de la inteligencia artificial a la gestión hospitalaria y al bienestar del personal sanitario. En su intervención, explicó cómo la IA ya se está utilizando para optimizar procesos logísticos, gestionar inventarios de forma automática o detectar patrones de estrés en los profesionales sanitarios.
“La IA no solo puede mejorar la atención al paciente, sino también las condiciones de trabajo de quienes le atienden. Hemos desarrollado sistemas que ayudan a identificar momentos críticos de carga emocional y proponer medidas para reducir el estrés del personal”, relató. También destacó que estas tecnologías pueden contribuir a una gestión más eficiente de las citas médicas, uno de los grandes cuellos de botella del sistema actual.
#MUYIATrends Executive Update 2025 dejó claro que estamos ante un punto de inflexión. La inteligencia artificial ha llegado a la sanidad no solo para mejorar la precisión de los diagnósticos o acelerar procesos, sino para transformar la forma en que entendemos la atención médica. Una transformación que, si se hace bien, puede humanizar aún más la medicina. Porque, como se insistió durante toda la jornada, la información de salud pertenece al paciente, y la IA solo tiene sentido si contribuye a proteger y mejorar su vida.