Toma la rienda de las finanzas de tu empresa para evitar cualquier riesgo que ponga en peligro el patrimonio familiar.
En los negocios está en constante evolución y la dinámica de las empresas familiares conlleva frecuentemente enfrentarse a todo tipo de riesgos. Por ello los gestores de las empresas son conscientes de la necesidad de gestionar el riesgo de forma adecuada para garantizar la continuidad del negocio. Las empresas deben ser conscientes de la necesidad y la importancia de la gestión del riesgo financiero. Su capacidad para anticiparse a los riesgos del entorno favorecerá su supervivencia. Las empresas de éxito toman medidas específicas y utilizan diferentes estrategias para manejar los riesgos, esto puede ser un modelo repetible que puede ser utilizado para proteger tu empresa
Es sabido que las empresas familiares se distinguen, en su administración financiera, por la inversión a largo plazo y el no tomar grandes riesgos con su capital. Sin embargo, un buen líder familiar es consciente de que llegar a esta manera de entender las finanzas no es algo que se dé automáticamente: se requiere de una buena gestión y administración financiera para cuidar el patrimonio familiar. Una historia clásica muestra muy claramente la importancia de cuidar adecuadamente de lo económico:
Érase una vez un hombre muy rico que decidió enterrar todos sus tesoros en el bosque para que nadie pudiera robárselos. Todos los días acudía a ese lugar para comprobar que sus riquezas seguían ahí. Un día, un ladrón le puso atención, lo vigiló y sospechó lo que había en ese lugar que tanto visitaba el hombre avaro. Por supuesto, el ladrón desenterró un día el tesoro. Cuando el hombre rico se dio cuenta del robo, gritó tan desesperado que alguien que vivía cerca se acercó para ver lo que sucedía. Cuando supo lo ocurrido, el vecino juntó algunas piedras, las escondió en lugar del tesoro y dijo al hombre que seguía llorando y lamentándose: “Ahí están sus riquezas. Nunca habría hecho nada con ellas, es lo mismo que sea oro o piedras, así que deje de sufrir”.
A diferencia del hombre ingenuo y sin visión a futuro del relato, los empresarios familiares deben considerar una verdadera estrategia para evitar el riesgo financiero en su organización, tomando en cuenta aspectos básicos como el manejo de capital, los procesos de inversión, las remuneraciones a miembros de la familia, la repartición de los dividendos, entre otros. Comparto con ustedes algunos puntos esenciales que, al respecto, he aprendido durante mi experiencia profesional:
Sin estrategia no hay seguridad financiera. El correcto funcionamiento de las finanzas de una empresa familiar debe administrarse a través de reglas que sean decididas por todos los familiares accionistas. Tener acuerdos por escrito dará a los encargados del ámbito financiero las herramientas para evaluar el rendimiento, dejar en claro cómo se asignarán remuneraciones, dividendos o jubilaciones a los accionistas y colaboradores familiares. Al mismo tiempo, la compañía decidirá su manera de invertir y reinvertir, o bien, de diversificar su lugar en el mercado, de manera que todos los implicados estén en la misma sintonía de trabajo como familia y empresa.
Las finanzas se trabajan en equipo. Para dar seguimiento a los acuerdos, debe involucrarse a cada uno de los colaboradores familiares de la empresa haciendo lo posible porque cada uno de ellos conozca los aspectos básicos del manejo financiero, lo cual evitará cualquier posible conflicto como las sospechas de malos manejos o una mala percepción de la administración empresarial. Trabajar en equipo familiar conducirá a que sean la equidad y justicia los valores que guíen las finanzas empresariales. Esta guía tan importante debe hacerse desde los órganos de gobierno corporativo, cuya implementación, desarrollo y trabajo son fundamentales para la estabilidad financiera. Es muy importante establecer indicadores financieros que ayuden a los empresarios a identificar los riesgos financieros, cuando existan desviaciones en los resultados esperados.
El ámbito financiero como reflejo de la cultura familiar. Si cada colaborador se siente comprometido con la organización y sabe qué es lo que esta quiere alcanzar, su trabajo aportará a ese valor empresarial que también redunda en lo económico. Para lograr esa comunicación, la empresa debe tener claros sus objetivos, su visión y los valores que la conducen. Además, es indispensable un análisis detallado de las necesidades de la empresa, un manejo eficiente de los recursos, la comunicación a cada miembro de la empresa de la estrategia a seguir en términos financieros. Cada compañía es distinta y las decisiones financieras deben tomarse de acuerdo con el modelo de negocios que más convenga a tu empresa familiar.
Por su complejidad, el aspecto financiero es uno de los más que más preocupan a cualquier empresa familiar. Una buena planeación, la búsqueda de asesoría profesional y el correcto liderazgo serán el camino para saber que las finanzas no están a salvo si las pensamos como un tesoro escondido bajo tierra.
También es importante que en la empresa exista una cultura más sensible al riesgo y más consciente de los riesgos a los que se pueden enfrentar.
Una cultura de riesgo donde se recojan todas las inquietudes y se comparten las experiencias, se facilita a través de un proceso en constante evolución de identificación de riesgos y de la planificación de controles y estrategias para contenerlos. Los riesgos si no son controlados pueden implicar una disminución del valor de la empresa y provocar pérdidas que comprometan su supervivencia. La supervivencia de la empresa dependerá de su habilidad para anticiparse a los riesgos financieros, así como de su capacidad para controlarlos y reaccionar adecuadamente antes de que estos ocurran, o al menos para limitarlos.
Los mejores empresarios no tienen un objetivo de rentabilidad; se centran primero en el riesgo, y sólo entonces deciden si la rentabilidad proyectada justifica tomar cada riesgo de negocios.