Cuando eres el responsable de una empresa o departamento, no hay nada mejor que tener la certeza de que todo está controlado y, mejor aún, correspondientemente registrado y documentado. En una infraestructura algo compleja donde los accesos no sean genéricos, sino que haya que filtrar por identidad los permisos, la gestión y, con ello, el control, los procesos se complican. De ahí que en la era de la transformación digital, los conceptos clave a la hora de hablar de seguridad sean: gestión sencilla, control garantizado y automatización fiable.
Un flujo importante de entradas y salidas, bien sea de tráfico rodado o de individuos, requiere de un sistema de control integral, certificado y flexible.
Sistemas de acceso físico avanzados, una inversión
La tecnología actual permite disponer de sistemas de seguridad complejos y flexibles que permitan integrar en un mismo circuito, o sistema de control, diferentes accesos. Es decir, un mismo lector con tecnología múltiple que permita unificar tanto el software como el hardware (en este caso, la tarjeta de identificación). Esta flexibilidad ha de ofrecer la capacidad para actualizar el software de forma que pueda ir adaptándose a las necesidades cambiantes de los usuarios. Una cuestión de optimización a medio y largo plazo.
Es conveniente, por lo tanto, optar preferentemente por soluciones basadas en plataformas abiertas que sean compatibles con los sistemas antiguos y nuevos, y que, por otro lado, dispongan de un diseño tan abierto como inteligente para permitir una sencilla migración de la tecnología existente en ese momento a una nueva y más evolucionada que pueda salir en cualquier momento.
