EL FUTURO DE LA POLICÍA: PREDICCIÓN DE DELITOS, ARMAS CONECTADAS, DRONES PATRULLA, ‘WEARABLES’…

Armas conectadas, biometría, conexión con las ‘smart cities’, drones patrulla, predicción de delitos… Las fuerzas del orden preparan ya la inminente revolución tecnológica en la lucha contra el crimen.

En los años 80, Internet no había llegado aún a nuestros hogares, no existían los teléfonos móviles y los ordenadores requerían habitaciones enteras para ofrecer una potencia de cálculo razonable. Sin embargo, las series de ciencia ficción de la época se atrevieron a imaginar cómo las tecnologías de las siguientes décadas revolucionarían la policía del futuro.

En El coche fantástico vimos un vehículo autónomo que se descargaba y analizaba antecedentes policiales, planos de edificios, imágenes de las cámaras de vídeo… Se las facilitaba a Michael Knight, detective de una fundación privada que colaboraba con las fuerzas del orden público y que contaba con un reloj desde el que podía dar órdenes de voz a su prodigioso automóvil.

En Robocop vimos a un agente que mejoraba sus capacidades físicas y policiales combinando su cuerpo con un exoesqueleto e integrando gadgets como un casco de realidad aumentada que le permitía superponer todo tipo de información sobre lo que veía, grabarlo, escudriñarlo con visión térmica…

El trueno azul o El halcón callejero son otros ejemplos de series que imaginaron cómo la tecnología podría otorgar ventajas decisivas a los defensores de la ley respecto a los delincuentes. Y acertaron. Muchas de aquellas herramientas imaginadas por la ciencia ficción se han ido incorporando en los últimos años a la labor policial: drones, dispositivos móviles desde los que poner multas o consultar bases de datos…

Son solo el principio de una revolución tecnológica que va a transformar por completo las fuerzas y cuerpos de seguridad en todo el mundo y para la que ya se está preparando el terreno tanto a nivel nacional como internacional.

Así, el pasado mes de marzo Interpol publicó el documento de trabajo Escaneando el futuro de la policía: los primeros pasos hacia un nuevo paradigma global, en el que se esbozan las grandes oportunidades y los importantes desafíos que llegarán de la mano de la inteligencia artificial, las herramientas biométricas, el Internet de las Cosas, el metaverso, los drones y las smart cities, entre otras muchas.

«La policía seguirá beneficiándose de la tecnología de vanguardia y es crucial que lo haga o se quedará en desventaja respecto a los criminales, que siempre usarán la última tecnología», argumenta James Slessor, director general del área global de Seguridad Pública de Accenture y responsable, entre otros, del informe El policía conectado en una era de disrupción, otro de los que han profundizado en esta materia en los últimos años.

¿Y cómo va a ser la lucha contra el crimen en un futuro inmediato a la luz de esos estudios? Una manera rápida de resumirlo es imaginar a una especie de Robocop conectado a la nube, armado con todo tipo de wearables que le permiten intervenir físicamente sobre el terreno, pero beneficiándose en tiempo real de toda la información que proporcionan los incontables sensores y cámaras de las smart cities, así como de la miríada de dispositivos de consumo conectados al Internet de las Cosas.

«Veremos un incremento en el uso de wearables que proporcionen a los agentes información y conocimiento para ofrecer el mejor servicio público posible y mantenerse a salvo», confirma Slessor. «Eso cambiará su aspecto y su forma de operar y, a nivel práctico, les permitirá tener las manos libres y los ojos puestos en la calle e implicados con el público en vez de pendientes de una pantalla», añade este experto mundial en Seguridad Pública.

Como pueden ver en el gráfico que acompaña a estas líneas, la lista de dispositivos que se irán incorporando al equipamiento policial es larga: relojes con reconocimiento de voz, gafas de realidad aumentada o de realidad virtual para patrullar en el metaverso o entrenarse en él par situaciones reales; cámaras corporales o integradas en el casco, lectores de reconocimiento facial, drones, armas conectadas y que requieren de la huella dactilar del agente para realizar disparos…

«El precio de la tecnología se está reduciendo rápidamente; soluciones que eran muy caras hace unos meses ahora son bastante asequibles, además de robustas y confiables para ser usadas en un entorno policial», desarrolla Slessor. De hecho, muchas de estas innovaciones que aún suenan a ciencia ficción ya han sido probadas sobre el terreno.

Por ejemplo, la Policía Nacional presentó hace más de un año el EHang 216, su primer dron patrulla capaz de transportar a dos agentes. Asimismo, está empezando a utilizar sistemas de reconocimiento facial capaces de detectar a delincuentes en busca y captura, sospechosos y otras personas de interés.

Las novedades disruptivas no van a cesar de incorporarse en los próximos años. Por ejemplo, cada vez se usará más la creación de gemelos digitales de la escena de un crimen (o el arma con el que se ha cometido), de forma que los investigadores de un caso puedan colocarse unas gafas de realidad virtual y repasar las pruebas sobre el terreno (virtual) una y otra vez.

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