Por Héctor Saúl
La reforma electoral propuesta por el presidente de México y que fue rechazada en la Cámara de Diputados, es una reforma innecesaria, pues aun cuando el bloque de legisladores oficialistas comprometió analizar todas las propuestas para elaborar un dictamen, solo se dictaminó la iniciativa presidencial.
Es una reforma lesiva a una institución ciudadana que muchos años costó a las y los mexicanos construir para mejorar y fortalecer nuestro sistema democrático; avances que pretenden desaparecer de un plumazo al capricho de quien encabeza el poder Ejecutivo.
El dictamen en cuestión modifica 18 artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, insisto, solo tomó en cuenta la propuesta del Ejecutivo y sólo mencionó otras 60 iniciativas que presentaron distintos grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados; incluye las que propusieron los aliados oficialistas del PT y PVEM.
Ante la pretensión gubernamental por desaparecer al Instituto Nacional Electoral para crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) y acotar sus funciones, el pasado 13 de noviembre, la sociedad civil se organizó para manifestar su rechazo a este intento contra las instituciones que garantizan elecciones libres y democráticas.
Las calles de la capital del país y otras 49 ciudades del país y en tres ciudades de otros países, las y los mexicanos ejercieron su derecho a manifestarse y cubrieron las calles del rosa mexicano que identifica al INE como institución que ha demostrado ser garante de elecciones libres y democráticas.
Con esta marcha en defensa de la democracia, las y los mexicanos dejamos muy claro que el INE no se toca, más de 600 mil participantes consignaron especialistas que utilizaron metodologías de medición de movilización ciudadana; sin embargo, fiel a su estilo autoritario, el gobierno y los afines a la 4T la minimizaron a diez mil personas.
En Acción Nacional estamos convencidos de la importancia de una democracia plena, donde predomine un auténtico Estado de Derecho, y por ello es que con ciudadanas y ciudadanos participamos en la marcha que el jefe del Ejecutivo descalificó por la participación de legisladores y dirigentes políticos; quienes sobra decir, también somos ciudadanos.
Ante estos ataques a la democracia y descalificación a quienes la defendemos, no podemos guardar silencio ante una persona que todos los días utiliza la tribuna pública para atacar a quienes no pensamos como él.
El PAN es un partido que desde su creación ha luchado por una Patria ordenada y generosa y por una vida mejor y más digna para todos. Ante estos embates desde el poder a las instituciones que garantizan nuestra democracia que tantos años ha costado construir, desde distintas trincheras continuaremos en la defensa de los derechos de las y los mexicanos sin distinción alguna.
