El impacto negativo de la pandemia de la COVID-19 sobre la estabilidad económica de la sociedad española sigue estando presente, afectando directamente al bienestar emocional de la población. Según los últimos datos de un estudio de Cigna, ‘COVID-19 Global Impact’, las finanzas personales y familiares se sitúan como la cuarta (30%) y la quinta (29%) causa de estrés en España, respectivamente, después de la incertidumbre sobre el futuro, el riesgo de contagio por COVID-19 y la sobreinformación sobre la pandemia.
La tensión psicológica experimentada por quienes sufren preocupaciones económicas se denomina ‘estrés financiero’. Si se padece de forma continuada, puede convertirse en un factor de riesgo que favorezca la aparición de alteraciones del sistema inmune, problemas cardiovasculares, tensión muscular, depresión o insomnio, entre otros.
Tal y como muestra la última oleada de encuestas realizada por la aseguradora de salud, el 45% de la población reconoce tener una situación económica poco favorable, calificándola como ‘justa’ o ‘mala’. Esta posición de inseguridad financiera está especialmente presente en las personas de más de 50 años, con un 57% de encuestados en este estado, y en el grupo de edad de entre 18 y 24 años, con un porcentaje del 48%. Los que mejores perspectivas presentan son los millennials (25-34 años), con un 29%, y los de edades comprendidas entre los 35 y los 49 años, con un 44%.