Una de las mayores preocupaciones en las grandes ciudades es la seguridad. La implementación de sistemas de videovigilancia y centros de mando en las zonas de mayor densidad poblacional incluye una estrategia integral de monitoreo, reportes y personal de operaciones capacitado para brindar los mejores resultados, al servicio de la población.
Gracias a las tendencias digitales actuales, los gobiernos en todo el mundo se han equipado con herramientas tecnológicas en cuanto a infraestructura y métodos que aseguren el bienestar de la ciudadanía.
El desarrollo de estas tecnologías, y el uso de los datos de cada individuo, construye lo que se conoce como ciudades inteligentes que con la instalación de cámaras de vigilancia y centros de mando, las autoridades pueden tener una comunicación mutua, reactiva, eficiente y veloz con los ciudadanos.
“Mucho se ha avanzado en términos de vigilancia y seguridad; un sector que ha ido perfeccionándose en muchos sentidos. Sin embargo, también se han tenido que superar obstáculos como, la enorme cantidad de datos que se generan, para luego aplicarlos correctamente en la toma de decisiones enfocadas a mejorar la calidad de vida de la gente”, comentó Javier Ethiel Sánchez Serra, director de Tecnología de MER Group México.
La infraestructura, las condiciones y las técnicas apropiadas para la protección de datos, la planeación, mapeo de zonas y costos, son factores relevantes a la hora de decidir en dónde se colocarán los dispositivos. Se realiza un análisis de las necesidades de la población en un lugar determinado, además del entorno, para una instalación óptima de las cámaras y asegurar su funcionamiento óptimo
La tecnología nos permite estar un paso adelante, los análiticos de precisión aportan en tiempo real la detección de sujetos con armas, reconocimiento de rostros o matrículas, identificación de grupos masivos, detección de intrusos y actos criminales, etc. Permitiendo a los tomadores de decisiones contar con información precisa y reaccionar adecuadamente.
El aumento exponencial de la población en las ciudades y los desafíos globales han obligado a los estados a hacer frente a los problemas de seguridad por medio de las herramientas tales como los sistemas digitales de videovigilancia, que se proyectan hacia una evolución en la que no se requiere de un operador humano y sea capaz de monitorear datos masivos.