Investigadores desarrollaron una cereza electrónica que detecta golpes en el empaque y traslado, reduciendo pérdidas y mejorando la calidad de exportación.
El mundo tecnológico sigue ofreciendo soluciones para optimizar los procesos agrícolas, y esta vez la cereza se lleva el protagonismo. Con su atractivo color rojo y sabor inconfundible, este delicado fruto es un favorito en los mercados internacionales, desde Europa hasta Asia. Sin embargo, su fragilidad representa un reto: los golpes que sufre durante el empaque y el transporte afectan su apariencia, reduciendo drásticamente su valor comercial.
En respuesta a este desafío, un equipo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó una herramienta innovadora: una cereza electrónica que viaja junto al resto de las frutas, detectando los puntos donde ocurren los golpes. Esta información permitirá ajustar los procesos de empaque y transporte para reducir las pérdidas y aumentar la calidad del producto final.
La tecnología detrás de la cereza electrónica
La cereza es un fruto extremadamente sensible a los golpes. Un maltrato durante su manipulación puede generar pequeñas hendiduras en su superficie, conocidas como “pitting”, que deterioran su aspecto y la vuelven menos atractiva para los compradores. Se estima que aproximadamente el 5 % de las cerezas exportadas son descartadas por este tipo de daño, lo que significa una pérdida económica importante para los productores.
Acá es donde la cereza electrónica entra en acción. Este dispositivo, de tamaño, peso y dureza similares a los de una cereza real, está equipado con sensores que detectan movimientos bruscos y golpes, transmitiendo los datos a través de un sistema bluetooth. La información recabada permite identificar las etapas críticas del proceso donde las frutas están expuestas a mayor daño. “La tecnología nos ayuda a detectar en qué puntos del proceso las cerezas reciben golpes, lo que nos permite realizar mejoras precisas en la maquinaria de empaque”, explicó Andrés Moltoni, especialista del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA.
Un impacto económico clave
En lo que va del 2024, Argentina exportó más de 7.200 toneladas de cerezas, principalmente a mercados de Europa, Estados Unidos y Asia, con un valor promedio de 4 dólares por kilo. Cualquier pérdida durante el proceso de empaque y transporte representa un golpe directo a la rentabilidad de los productores. Con la implementación de la cereza electrónica, se estima que las pérdidas por pitting podrían reducirse en un 50 %, lo que implicaría recuperar aproximadamente 180 mil kilos de cerezas que, de otro modo, serían descartados. Esta cifra se traduce en unos 720 mil dólares de ahorro.
Liliana San Martino, investigadora del INTA en Los Antiguos, Santa Cruz, destacó que las pérdidas pueden variar significativamente dependiendo de la planta de empaque. “En algunos ensayos, observamos pérdidas de entre un 10 % y un 40 %, lo que subraya la importancia de reducir al mínimo el impacto en el proceso de manejo de la fruta”, comentó. Además, mencionó que la cereza es una fruta que revela el daño causado por los golpes varias semanas después del impacto, cuando ya ha llegado a su destino, lo que complica aún más su manejo..
Innovación para el futuro de las exportaciones
El desarrollo de la cereza electrónica es un paso más hacia la incorporación de tecnología avanzada en el sector agrícola. Este prototipo, que aún no está disponible comercialmente, cuenta con componentes como un acelerómetro y baterías recargables, y ha sido diseñado para soportar las exigencias del proceso de empaque sin perder precisión en sus mediciones. “Hemos trabajado durante cuatro temporadas calibrando este sistema y hemos visto mejoras concretas en plantas de empaque que ya lo han probado”, aseguró San Martino.
La cereza electrónica no solo optimiza el proceso de manejo de las frutas, sino que también es un ejemplo de cómo la agroelectrónica puede impactar directamente en la competitividad de los productos argentinos en el exterior. En definitiva, se trata de una pequeña pero poderosa herramienta que promete grandes beneficios tanto para los productores como para los mercados internacionales.