LA CAPACITACIÓN Y LA EDUCACIÓN COMO BASES DE LA SEGURIDAD

Solo mediante la implementación efectiva de medidas regulatorias y el compromiso con la formación y certificación del personal, se puede garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los consumidores como de los trabajadores del sector.

En los últimos años México ha experimentado un notable aumento en la demanda de servicios de seguridad privada, una respuesta directa a los desafíos continuos en materia de seguridad.Sin embargo, este crecimiento no ha estado exento de controversias, ya que ha dado lugar a la proliferación de lo que se conoce como “empresas patito” en el sector.

Estas son las entidades que operan al margen de la ley y ofrecen servicios no regulados y de baja calidad, representando un problema significativo para el panorama de la seguridad privada del país.En el Estado de México, por ejemplo, la situación es alarmante. Según el Consejo de Alarmas y Seguridad Privada del Edomex (CASPEM), mientras cerca de 500 empresas de seguridad privada están legalmente establecidas en la región, se estima que alrededor de mil operan de manera irregular.No obstante, este fenómeno no es exclusivo del Estado de México. De acuerdo con datos de El Economista, en el territorio nacional operan alrededor de 3 mil 500 empresas de seguridad privada “patito”.Te puede interesar:

80 por ciento de los empresarios le teme a la inseguridad y al cambio político en MéxicoConsecuencias para la seguridad en generalLas consecuencias de la proliferación de empresas irregulares son múltiples.Por un lado, se enfrenta a problemas de personal sin la debida calificación ni formación, el potencial uso inadecuado de armas y una selección azarosa de empleados.Esta situación no solo pone en riesgo la seguridad de los clientes, sino que también afecta negativamente a los trabajadores del sector al no estar resguardados por equipos de protección personal especializados (EPP) y carecen de capacitación adecuada para el correcto desarrollo de esta importante labor.Para abordar esta problemática de manera efectiva, es fundamental priorizar la capacitación y certificación del personal de seguridad.Las empresas de seguridad privada deben cumplir con todos los requisitos legales -como licencias de funcionamiento y permisos de portación de armas- y ofrecer salarios competitivos para atraer y retener el talento calificado.Además, la inversión en EPP y el desarrollo de programas de entrenamiento continuo son esenciales para garantizar la eficacia y profesionalismo de los servicios ofrecidos.Te puede interesar:

La inseguridad provocó que este grupo de estudiantes se uniera para proteger a su comunidadProteger a la sociedad de las empresas irregularesPara evitar contratar los servicios de empresas “patito”, existen algunas precauciones clave.Uno de los puntos más relevantes es verificar la autenticidad y legalidad de la compañía en el Registro Público de Empresas de Seguridad (REPSE) ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, lo que garantiza que la empresa cumpla con los estándares legales y de calidad establecidos.Además, se debe considerar el proceso de contratación de la empresa de seguridad, ya que esta debe hacer una consultoría de las necesidades para brindar el servicio óptimo, lo cual puede alargar el proceso, pero asegura un buen funcionamiento.Aquellas empresas que no realizan esta consultoría inicial y cuentan con un rápido proceso de contratación, pueden ser empresas “patito”. En resumen, si bien el crecimiento del sector de seguridad privada en México ofrece oportunidades significativas, también plantea desafíos importantes en términos de regulación y calidad de los servicios.Solo mediante la implementación efectiva de medidas regulatorias y el compromiso con la formación y certificación del personal, se puede garantizar la seguridad y el bienestar tanto de los consumidores como de los trabajadores del sector.

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