La seguridad privada es un sector imprescindible en cualquier país del mundo, ya que suministra una protección cualificada que garantiza la integridad de personas y bienes. ¿Sabes cuáles son las tendencias y desafíos que presenta este sector en el año 2024?
En contraste con la seguridad pública, responsabilidad de las fuerzas del orden, la privada la desempeñan empresas y profesionales entrenados y contratados para vigilar, defender y minimizar los escenarios de peligro. Esta esfera profesional incorpora una extensa gama de carreras cada vez más tecnificadas, que se ponen al día casi en tiempo real ante la evolución sostenida de un sector pujante, marcado por desafíos a menudo imprevisibles.
En el marco de la seguridad privada, las pautas las marca una regulación que exige unas determinadas condiciones. En España, el funcionamiento del sector de la seguridad privada lo controla el Ministerio del Interior. Para trabajar en este ámbito es obligatorio conseguir la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP), mediante un curso de formación en un centro homologado. La instrucción cubre un espectro amplio de temas legales, técnicos y prácticos, a fin de capacitar a las sucesivas generaciones de profesionales para resolver posibles escenarios de confrontación, respetando las directrices fijadas.
Tendencias y desafíos de la seguridad privada en 2024
Este es un sector imprescindible en cualquier país civilizado, ya que provee una salvaguarda profesional de la integridad de la ciudadanía y la propiedad. En la España de la revolución de la información, estas son las tendencias y desafíos que presenta la seguridad privada para el año 2024.
1) Transformación digital. La seguridad corporativa debería ser predictiva y preventiva, para anticipar riesgos y aportar soluciones integrales ya disponibles en el mercado. Es decir, acelerar el tratamiento cibernético de los datos.
2) Formación. En la era digital es imprescindible actualizar la capacitación y el adiestramiento de los equipos humanos en el ámbito de la seguridad empresarial. En el siglo XXI ya no se trata solamente de aprender, sino de reaprender tecnológicamente.
3) Optimizar la regulación. Readiestramiento de los equipos administrativos y modernización de la normativa relativa a un sector privado regulado desde el sector público. Es imperativo cambiar las prácticas tradicionales y los modelos de gestión.
4) Perder el miedo a la tecnología puntera. La seguridad privada requiere un análisis de datos constante para conocer en todo momento los números de usuarios fijos de los edificios, los visitantes, las entradas, las salidas y los movimientos de las personas. Sin descartar la Inteligencia Artificial, la robotización de determinadas tareas, los dispositivos conectados, los drones y el metaverso.
5) Inversión. Para superar la fase de las videocámaras y las rondas de vigilantes se necesitan unos recursos financieros muy elevados.
La seguridad privada en cifras
La revista Seguritecnia y la Fundación Borredá han elaborado con datos de diversas entidades un retrato numérico de la seguridad privada en España. Estos son los datos básicos que recoge el documento:
- En España existen aproximadamente 1.400 empresas de ámbito nacional, de las que 1.120 son del segmento de instalación y mantenimiento. Entre todas ellas, 383 son de vigilancia, 130 de gestión de alarmas, 84 de protección de personas y seis de transporte de objetos valiosos.
- El 85 por ciento de estas compañías tiene entre uno y 49 trabajadores, lo que indica que el formato pyme es el protagonista del sector de la seguridad privada española.
- El número de empleados supera los 140.000 vigilantes de seguridad, conformando el colectivo más numeroso del sector, al que se suman los 1.846 vigilantes de explosivos.
- Si sumamos la cifra de vigilantes de seguridad a la de efectivos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, comprobamos que España cuenta con 324.054 profesionales de la seguridad. Es decir, un ratio de 1/143 de agentes públicos y privados en relación con la población.
