La inseguridad que los transportistas encuentran en las carreteras mexicanas, sumada a las restricciones que aplican algunas autoridades estadounidenses en la frontera, provocan retrasos y fricciones que afectan las operaciones de sus clientes.
Las empresas de transporte y logística han tenido que recurrir a tecnologías de geolocalización e inteligencia artificial para enfrentar los retos que presenta el movimiento internacional de mercancías, coincidieron miembros de la industria en entrevista con El Economista.
La inseguridad que los transportistas encuentran en las carreteras mexicanas, sumada a las restricciones que aplican algunas autoridades estadounidenses en la frontera entre México y Estados Unidos, provocan retrasos y fricciones que afectan las operaciones de sus clientes.
El mercado de carga y logística en México alcanzará un valor de 128,100 millones de dólares durante 2023 y se espera que esta cifra llegue a 171,400 millones de dólares en 2030, con un crecimiento anual compuesto de 4.97, de acuerdo con datos de Mordor Intelligence.
Frontera entre México y Estados Unidos
El establecimiento de revisiones más exhaustivas al transporte de carga proveniente de México por parte del gobierno del Estado de Texas, en mayo de 2023, provocó que los tiempos de entrega de mercancías se triplicaran, de acuerdo con Eduardo Chávez, director general de Powerfleet México.
“El tiempo antes de la entrada en vigor de estas medidas era un promedio de 19 horas y lo que vimos, a partir de mediados de mayo, es que el promedio está en 70 horas”, dijo Chávez en entrevista.
Powerfleet es una compañía estadounidense dedicada a proveer servicios de monitoreo y seguridad para transporte de mercancías. Su plataforma permite supervisar el comportamiento de los conductores y la localización de las unidades, con el fin de prevenir el robo de mercancías.
La empresa ha implementado un algoritmo de inteligencia artificial, alimentado por los datos de las unidades que monitorea, el cual permite predecir cuáles son las rutas y los momentos en los que es posible transitar más rápidamente en la frontera entre México y Estados Unidos.
“Al ver la concentración de vehículos (en la frontera con Estados Unidos), podemos revisar las horas en las que es más factible cruzar más rápido y así asesorar a nuestros clientes acerca de la mejor hora para la salida de sus unidades, por ejemplo”, dijo Chávez.
Inseguridad en carreteras
Otro de los retos de la industria logística mexicana es la inseguridad en las carreteras del país. De acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehicular (ANERPV), los robos de mercancías a transporte de carga han aumentado 4% respecto de 2022, para alcanzar un total de 237 robos al mes.
La firma mexicana AI27, igual que Powerfleet, ven a esta inseguridad como otro de los grandes retos del transporte de mercancías hacia Estados Unidos, de acuerdo con Alejandro Medina, director de Nuevos Productos de esta compañía dedicada a la inteligencia predictiva.
La plataforma de Inteligencia artificial de AI27 permite saber cuáles son los horarios, las rutas y los productos más riesgosos dentro del transporte de mercancías. El algoritmo abreva de los datos ofrecidos por más de 3,000 unidades de transporte que la compañía monitorea constantemente.
“Tenemos información sobre el tipo de de vehículo, sobre las condiciones meteorológicas, sobre si hay algún este evento relevante, deportivo o un día festivo y empezamos a analizar y a comparar todo ese tipo de de tendencias con las velocidades, el estilo de de manejo y las interacciones que tenemos con los operadores para indicarles el riesgo”, dijo Medina en entrevista.
Tanto el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como el fenómeno del nearshoring han comenzado a impulsar la industria de la logística en México, como lo muestra el inicio de operaciones de Samsung SDS, la división de inteligencia logística del gigante coreano Samsung, que recientemente llegó a México para facilitar la importación de mercancías para proveer a la industria mexicana que después enviará los productos finales hacia Estados Unidos. Un movimiento que parece ser cada vez más recurrente y que enfrenta retos a los que las compañías intentan dar una solución tecnológica