El sector busca cerrar la brecha de edificios inteligentes en México; ve una oportunidad con la demanda de espacios por el nearshoring.
Aunque cada vez hay más un reconocimiento de los beneficios tanto ambientales como económicos que tienen los edificios inteligentes, en México aún se observa un amplio potencial para detonar más este tipo de edificaciones, pero hace falta un empujón del gobierno.
Luis Triay, experto en Edificios Inteligentes, señala que ven un panorama favorable en el país ante la aumento de exigencia de las empresas a llevar sus operaciones a cero emisiones, la descarbonización de las ciudades y un nearshoring que demandará más y mejores espacios.
Estima un crecimiento de doble dígito en este nicho de negocio, donde los sistemas inteligentes tendrán que dominar en un futuro.
Pero para esto, el directivo considera que debe haber un apoyo del gobierno mexicano, ya que se requiere de una reglamentación que exija la construcción de edificios inteligentes, tal como ya está sucediendo con la implementación con el reglamento de construcción antisismos.
“El gobierno necesita trabajar más, es muy poco lo que está invirtiendo en la parte de sostenibilidad y necesitamos apoyo, hemos participado en en algunos foros de empresas donde donde se plantea el buscar que sea mayor la colaboración para hacer este proceso de concientización y también dar incentivos para reducir la huella de carbono, (…) o también implementando penalidades y aplicando estándares para que los edificios que se vayan construyendo ya tengan que contar con reglas así como hemos trabajado para los edificios con los sismos”, dijo en entrevista con Forbes México.
Aunque admitió que es complejo saber cuándo se podría adoptar de forma masiva estos sistemas inteligentes en las edificaciones del país, no solo oficinas, centros de usos mixtos, viviendas, hoteles, hospitales, etcétera, Triay estimó que podría ser en más de una década.
“Ya empezamos a tener edificios, (…) ¿pero cuándo podríamos estar a lo mejor al 50% de los edificios que tienen capacidad de serlo? Quizá nos tomaría un 2035-2040”, mencionó.
La tendencia a escala global no se detiene y México no será la excepción; se calcula que para el 2050, 70% de la población mundial viva en ciudades, lo que va a generar el crecimiento de éstas y el desarrollo de edificios inteligentes.
Oportunidades de nearshoring y edificios existentes
Luis Triay indica que ya se está viendo materializado el nearshoring en México, sobre todo en Nuevo León, donde están percibiendo más movimiento por la llegada de fábricas y consigo más gente que viene del extranjero para trabajar en estos proyectos, por lo que además de espacios industriales y oficinas, están demandando más hoteles y desarrollos de viviendas.
“La perspectiva es buena, sabemos que existen detalles, si revisamos los números que de repente pone el Inegi de la construcción, a veces está detenido, sin embargo, hay espacios y la cuestión es trabajarlos, de ir y buscarlos. Estamos esperando crecer doble dígito y tenemos un plan de crecimiento para edificios inteligentes”, comentó.
Además del nearshoring, también ve una ventana de oportunidad en implementar sistemas inteligentes en las edificaciones ya existente.
“Podemos hacer actualizaciones de diferentes niveles todo dependiendo de lo que quiera la gente, pero sí se puede hacer y esa es una gran ventaja, a veces relacionan mucho con tiene que ser un edificio nuevo y tenemos que llegar desde el momento del proyecto para que esto pueda pasar y no, eso no es correcto, hay manera de hacer una especie de retrofit (modernización) a edificios que ya tienen tiempo”.
Para Triay, los puntos más importantes que intervienen en un edificio que se denomina inteligente es que tengan los sensores para controlar temperatura, la iluminación, energía y el agua, así como persianas y ventanas motorizadas.
Y todo lo anterior está ligado a la inteligencia artificial, ya que con ésta se empiezan a monitorear todos estos comportamientos y empiezan a tener un aprendizaje para poder hacer las rutinas.