Armando Zúñiga Salinas —Enlace Legislativo y Consejero de Coparmex Nacional, Presidente de ASUME y Grupo IPS, Consejero del CCE y Concamin— reflexiona sobre los desafíos y oportunidades que se presentan ante el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos.
La vuelta de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos obliga a México a prepararse ante un panorama de ajustes en la política estadounidense y las dinámicas comerciales en la región. La primera elección de Trump en 2016 generó incertidumbre en torno a las relaciones bilaterales, pero también resultó en la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que se transformó en el actual T-MEC, fortaleciendo la relación con Estados Unidos y Canadá en sintonía con tendencias globales.
Actualmente, el 52% de la inversión extranjera directa en México proviene de América del Norte, lo que resalta la importancia de un entorno estable y atractivo para los negocios en sectores estratégicos. México ha sabido aprovechar su posición como principal proveedor de Estados Unidos, y en el contexto de una posible reelección de Trump, es crucial que el país continúe fortaleciendo esta relación comercial.
Con políticas proteccionistas posiblemente en el horizonte, México tiene la oportunidad de incrementar sus exportaciones a Estados Unidos, ya que el mercado estadounidense busca diversificar sus fuentes y reducir su dependencia de China. Para ello, México debe priorizar la mejora de su infraestructura, invertir en digitalización y simplificar los procesos que agilicen el comercio transfronterizo. Adicionalmente, fomentar la capacitación en áreas tecnológicas como STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) puede contribuir a que el país mantenga su competitividad en el largo plazo.