Decir que «La sanidad animal es nuestra salud. Es la salud de todos.» no sólo es un eslogan, sino que se trata de una realidad científica que ya habían identificado los profesores de medicina hace tiempo, en los siglos XVII y XVIII : la interconexión entre la sanidad animal y la salud humana. Durante mucho tiempo, enfermedades zoonóticas como la rabia o la influenza aviar fueron objeto de preocupación para la salud humana y la estabilidad económica y social en el mundo.
A finales del siglo XX, la enfermedad de Lyme, el ébola y la enfermedad de la vaca loca, entre otras, representaron problemáticas de gran importancia que desencadenaron una reacción a escala internacional. Tanto el ébola como otras enfermedades zoonóticas pueden transmitirse de los humanos a ciertos animales, como los grandes simios. Esta transmisión inversa demuestra que la conexión entre la sanidad animal y la salud humana funciona en los dos sentidos.
El término «Una sola salud» llegó a la escena internacional en 2004 en el marco de un simposio organizado por la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés), tras el brote de síndrome respiratorio agudo grave o SRAS de 2002. De forma conjunta, los expertos de todo el mundo redactaron los doce Principios de Manhattan sobre «Un mundo, una sola salud» , instando a los líderes mundiales a «reconocer el vínculo esencial entre la salud humana, la de los animales domésticos y de la vida silvestre y la amenaza que representan las enfermedades para las personas, sus suministro de alimentos y economías, y la biodiversidad esencial para mantener los ambientes saludables y los ecosistemas funcionales que todos necesitamos».
Acortando distancias entre la sanidad animal, la salud humana y la medioambiental
«En los años que siguieron, gobiernos y científicos de todo el mundo reconocieron que la colaboración transdisciplinaria era esencial para prevenir y controlar las zoonosis y que se debía incluir a médicos y veterinarios junto a especialistas en fauna silvestre, ecologistas, antropólogos, economistas y sociólogos, entre otros», recalca la Dra. Monique Eloit, directora general saliente de la OMSA.
Este concepto se convirtió en una verdadera referencia para las políticas internacionales en octubre de 2008, con motivo del brote mundial de H5N1, cuando seis organizaciones internacionales (el Banco Mundial, la OMS, la FAO, UNICEF, la OMSA y la Coordinación del Sistema de las Naciones Unidas para la Gripe) se reunieron en la Conferencia Ministerial Internacional sobre la Influenza Aviar y Pandémica, en Sharm-el-Sheikh (Egipto). En esta reunión, publicaron un «Marco estratégico para reducir los riesgos de las enfermedades infecciosas en la interfaz entre animales, seres humanos y ecosistemas” (disponible en inglés) ”, que llevaba un título significativo: Contribución a “Un mundo, una salud», haciendo referencia directa a los doce principios de Manhattan.
De la rabia a la resistencia a los antimicrobianos
En 2010, la FAO, la OMS y la OSMA publicaron una nota conceptual de la Alianza Tripartita conocida como la “Declaración de Hanoi”, en la que presentaban su visión común de «un mundo capaz de prevenir, detectar, contener, eliminar y responder a los riesgos para la salud pública y la sanidad animal atribuibles a las zoonosis y a las enfermedades animales con impacto en la seguridad alimentaria mediante una cooperación multisectorial y asociaciones sólidas». En primer lugar, decidieron centrarse en tres temas clave: la resistencia a los antimicrobianos, la influenza aviar y la rabia.
En 2017, la versión actualizada de la Estrategia Tripartita presentó prioridades ampliadas, que abarcaban el refuerzo de los servicios sanitarios nacionales, la modernización de los sistemas de vigilancia y de alerta temprana, y la promoción de una investigación coordinada. En 2018, un nuevo memorando de entendimiento reforzó la colaboración en materia de resistencia a los antimicrobianos.
Control de la rabia: un modelo de colaboración “Una sola salud”
La rabia sigue matando a alrededor de 59.000 personas cada año. Dado que el 99 % de los casos humanos se deben a mordeduras y arañazos de los perros, esta enfermedad se debe tratar en su origen animal, a través de campañas de vacunación canina a gran escala y de sensibilización de la población. Además, se necesita promover la acción del sector de la salud humana, con el fin de garantizar el acceso a la atención médica y al tratamiento posterior a la mordedura, especialmente en las zonas rurales.
La FAO, la OMS, la OMSA y la Alianza Global para el Control de la Rabia (GARC) trabajan en conjunto para alcanzar un objetivo común: «Cero muertes humanas por rabia transmitida por perros en 2030». La implementación de un enfoque coordinado para la rabia sirve de modelo para muchas otras enfermedades y representa la oportunidad de reforzar los sistemas sanitarios en todo el mundo.
Ampliar el alcance a los factores medioambientales
Si bien el concepto «Una sola salud» se originó en el sector de la sanidad animal, progresivamente ha adquirido un enfoque de políticas del sector de la salud pública y del medio ambiente. «El contexto cambió a raíz de la pandemia de COVID-19, en el Foro de París sobre la Paz, a finales de 2020, donde los líderes mundiales solicitaron la plena integración del sector medioambiental en “Una sola salud”, indicando específicamente que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se uniera a la Alianza Tripartita», recuerda Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, en abril de 2024.
«Inmediatamente, comenzamos a trabajar juntos en torno a las principales iniciativas y, en marzo de 2022, la colaboración se formalizó mediante la creación de la Cuatripartita. De esta manera, nos centramos en la prevención y en ir más allá de las enfermedades zoonóticas y la resistencia a los antimicrobianos, para incluir los factores ambientales de los riesgos sanitarios y la salud del medio ambiente y los ecosistemas.»
Si bien, poco a poco, el mundo estaba saliendo de lo peor de la pandemia de COVID-19, aún se enfrentaba a la viruela del mono, a brotes de ébola y a continuos retos relacionados con la seguridad alimentaria, la resistencia a los antimicrobianos, la degradación de los ecosistemas y el cambio climático. Más que nunca, el concepto “Una sola salud” aparecía como el principal enfoque a la hora de abordar estos desafíos urgentes y complejos. La Cuatripartita presentó un plan de acción conjunto con seis vías de acción que incluían el medio ambiente, el fortalecimiento de los sistemas sanitarios, el control de las epidemias y pandemias zoonóticas, la seguridad alimentaria y el freno a la resistencia a los antimicrobianos.
La OMSA, líder de la colaboración intersectorial
«De cara al futuro, el objetivo es implementar con eficacia las actividades en torno al enfoque ‘Una sola salud’ y fomentar resultados positivos a nivel nacional«, afirmó el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando se le pidió que recordara la colaboración Cuatripartita en torno a “Una sola salud” a lo largo de los años. «Un ejemplo es nuestra labor […] con la Secretaría del G20 en Brasil orientada a introducir nuevas perspectivas al enfoque “Una sola salud” en los foros sobre políticas, centrándonos en la importancia de la gobernanza y el intercambio de conocimientos».
«De cara al futuro, el objetivo es implementar con eficacia las actividades en torno al enfoque ‘Una sola salud’ y fomentar resultados positivos a nivel nacional«, afirmó el director general de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, cuando se le pidió que recordara la colaboración Cuatripartita en torno a “Una sola salud” a lo largo de los años. «Un ejemplo es nuestra labor […] con la Secretaría del G20 en Brasil orientada a introducir nuevas perspectivas al enfoque “Una sola salud” en los foros sobre políticas, centrándonos en la importancia de la gobernanza y el intercambio de conocimientos».
En el marco de la celebración de su centenario, la OMSA reitera su firme compromiso con la sanidad animal que, ahora más que nunca, es “nuestra salud”.