SEGURIDAD PRIVADA, ORGANISMOS EMPRESARIALES E INVERSIÓN

Armando Zúñiga Salinas —expresidente de Coparmex Ciudad de México, Presidente de Grupo IPS y ASUME, y Consejero Nacional Coparmex y Concamin— reflexiona sobre el impacto económico de la seguridad privada.

La Seguridad Privada es una industria importantísima a nivel nacional. Todos la vemos, pero no siempre sabemos su importancia en varios aspectos de la economía nacional.

Entre ellos, por ejemplo, es que genera cerca del 1.8% del Producto Interno Bruto (PIB), además de que existen ocho mil 500 empresas del ramo y, de ellas, menos del 50% están reguladas.

Es por ello, entre muchas otras cosas, que son de suma importancia estas empresas porque también generan decenas de miles de empleos, tema que reconocemos, tiene muchos puntos por mejorar en el caso de las condiciones de los guardias.

En estos años nos hemos empeñado en la participación del sector de la seguridad privada a través de ASUME (Sociedad Nacional de Industrias de Seguridad Privada A.C.) con la cúpula empresarial, representada por organismos como el CCE (Consejo Coordinador Empresarial), CONCAMIN (Confederación de Cámaras Industriales) y COPARMEX (Confederación Patronal de la República Mexicana). Sin duda, como decía líneas arriba, es crucial por varias razones:

En primer lugar, la colaboración estratégica ya que la seguridad privada es un factor clave para el desarrollo económico. Al interactuar con los líderes empresariales, las empresas de seguridad pueden ayudar a definir políticas y estrategias que mejoren el clima de inversión y reduzcan los riesgos para las empresas.

La protección de intereses comunes, ya que muchas empresas enfrentan desafíos en términos de seguridad, tanto física como cibernética. Por ello, es vital colaborar con organismos empresariales que permitan que el sector de la seguridad privada entienda mejor las necesidades específicas de las industrias y ofrezca soluciones personalizadas implementando factor humano calificado y tecnología de vanguardia.

Generación de confianza y legitimidad, ya que la seguridad privada ha enfrentado estos retos, además de la regulación. Estar en contacto con el CCE, CONCAMIN y COPARMEX ayuda a fortalecer la confianza en este sector, al tiempo que se promueve la profesionalización y el cumplimiento normativo.

Una Ley General de seguridad privada que hemos impulsado por años, donde se logró una Reforma Constitucional y que finalmente ayudará a tener reglas claras y modernas para dignificar y profesionalizar a este gran sector que impulsa casi un millón de empleos en México.

Influencia en políticas públicas por medio de estos organismos empresariales que tienen una fuerte influencia en la definición de políticas públicas. La seguridad privada, al ser parte de estas discusiones, puede asegurar que se tomen en cuenta sus intereses en áreas clave como la regulación, contratación y condiciones laborales de los miles de trabajadores con que se cuenta.

Mejora del entorno empresarial seguro que favorezca la inversión y el crecimiento económico por medio de la participación activa del sector de la seguridad privada en el diálogo con la cúpula empresarial, que puede contribuir a la construcción de un ambiente más estable y propicio para los negocios.

La interacción con estos organismos fortalece el rol del sector de la seguridad privada dentro de la economía y permite que se articulen soluciones conjuntas para garantizar un entorno más seguro y productivo para todas las empresas.

Como siempre lo he dicho, el trabajo coordinado entre empresas del sector, organismos empresariales capaces, autoridades, trabajadores y sociedad son los elementos primordiales para que juntos, se obtengan mejores condiciones de trabajo, mejores condiciones para los inversionistas y se regule una industria que desde años, lo pide a gritos.

Armando Zúñiga Salinas, expresidente de Coparmex Ciudad de México, Presidente de Grupo IPS y ASUME, y Consejero Nacional Coparmex y Concamin.

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