Un papel importantísimo juega hoy la conectividad en los sistemas de seguridad electrónica. Antiguamente estos sistemas, como CCTV y controles de acceso, entre otros, eran analógicos, lo que los hacía muy poco eficientes, inseguros y, por ende, fáciles de hackear.
Por esta razón, así como para agregar funcionalidades, esta infraestructura se digitalizó, exigiendo anchos de banda cada vez mayores, por las crecientes cantidades de datos que tenían que viajar por el cableado.
De esta forma, se fue haciendo cada vez más necesaria la instalación de infraestructuras y sistemas de redes mucho más confiables y que garanticen una conexión 24×7.
Así nace el concepto de convergencia tecnológica, que impulsó a que se utilizaran estas mismas redes para todo lo que es la comunicación dentro de un área. Entonces, ya no se trata de tener cableados separados para la seguridad electrónica y para la red de datos, sino que dentro de una misma infraestructura de conectividad, hacer converger todos los sistemas y aplicaciones.
Sin embargo, esta convergencia de las redes ha provocado que se requiera adquirir redes que soporten mayores anchos de banda.
En los últimos años, la fibra óptica se ha establecido como la principal tecnología para infraestructura de redes, por su inmunidad a interferencias electromagnéticas, su capacidad para transmitir grandes cantidades de información en forma rápida, y por la alta seguridad de la información (es muy difícil de vulnerar).
Además, la fibra óptica es una tecnología de redes “a prueba de Futuro”, que garantiza más de 20 años de uso, sin necesidad de actualizaciones y con la posibilidad de soportar cualquier aplicación o sistema; para el presente y demandas a futuro.
Lo anterior, genera importantes ahorros para las grandes inversiones que se realizan en inmuebles como edificios, hoteles, autopistas, hospitales, entre muchos otros.
