UNA VISIÓN RENOVADA PARA LOS ORGANISMOS EMPRESARIALES: IDEAS ACTUALES PARA ENFRENTAR NUEVOS PROBLEMAS

Por Adal Ortiz Ávalos

En el corazón de la Ciudad de México en el año 2024, mosaico cultural y comercial, cosmópolis de servicios, productos y negocios, los organismos empresariales se erigen como pilares de progreso y prosperidad. Representan décadas de trabajo en favor del empresariado mexicano y del país. Como empresario, he contemplado la evolución de estos espacios y reconozco la necesidad imperante de una transformación que mire hacia dentro y al futuro.

Transformación desde la raíz

Creo firmemente que los organismos empresariales deben adoptar una visión introspectiva que les permita auto valorarse adecuadamente. Así, reconociendo su importancia para la sociedad, tendrán éxito en representar de la mejor manera a sus miembros y ampliar su base de acción e incidencia.

Por otra parte, sólo podremos convencer a más empresarios de unirse a nuestras organizaciones si garantizamos que su voz será tomada en cuenta, a la par que trabajamos para defender nuestros derechos. Para lograrlo, hay que cumplir con nuestras promesas y objetivos, siempre poniendo a las personas en el centro de todas las decisiones y estrategias: esta es la base de un humanismo empresarial, la bandera del empresariado mexicano.

Tecnología: un puente hacia el desarrollo económico con un alma social

La tecnología, en su forma más innovadora, no es solo una herramienta, sino un puente hacia el desarrollo económico y humano. Durante mi camino como empresario, he aprendido que la innovación también significa revitalizar lo ya existente para que sirva mejor a nuestra comunidad. La digitalización es la clave para disminuir los altos costos de las operaciones comerciales y, sobre todo, ampliar el acceso y la participación de toda la población que, por muchas razones, no puede acudir a un establecimiento o tiene dificultad para trasladarse. Un excelente ejemplo de innovación mediante la digitalización son las empresas fintech, las cuales han renovado por completo el sistema bancario y pretenden lograr que muchos más usuarios tengan los mejores servicios financieros al alcance de sus manos en todo momento.

 

La digitalización en todas las actividades productivas y en todas las funciones administrativas es la vía hacia el desarrollo sostenible e inclusivo de México.

Un futuro sostenible y solidario

Imaginemos un futuro donde los organismos empresariales son el reflejo de los valores y principios que nos definen. Un futuro donde la tecnología y la innovación se entrelazan con la tradición y los valores para crear un entorno empresarial próspero y sostenible.

Nuestra Ciudad de México enfrenta desafíos significativos en informalidad, movilidad, seguridad, agua, desigualdad y medio ambiente; pero también presenta oportunidades únicas para evolucionar nuestra economía creativa, reformular el turismo, multiplicar la inversión en capital humano y definir el aprovechamiento del nearshoring. En este nuevo ambiente, los organismos empresariales cumplen un papel crucial en la capitalización de estas oportunidades, transformando los desafíos en escalones hacia el éxito a través de la acción solidaria de sus miembros y líderes.

Los problemas sociales van de la mano de los retos ambientales y las dificultades económicas, es mediante la participación solidaria que podremos encontrarles una solución integral y sostenible.

El nuevo compromiso con la comunidad empresarial

Mi visión es la de una comunidad empresarial unida y fuerte, donde se escuche a cada miembro y se atiendan sus necesidades. Los organismos empresariales deben ser espacios para el crecimiento, el consenso y el estudio, así como agentes de cambio e influencia, para cumplir con su función social responsablemente.

Para lograr esta visión, propongo tres pilares fundamentales:

  1. Representación amplia y diversa: los organismos empresariales deben tener una representación plural e incluyente, para llegar a todas las realidades sociales. El mundo empresarial mexicano es tan vasto como su gente, pero hay regiones que, lamentablemente, no suelen ser tomadas en cuenta.
  2. Propuestas realistas y beneficiosas: las propuestas deben apuntar a su realización y resultar provechosas, basadas en la capacidad técnica y de investigación que los organismos empresariales pueden operar. No puede haber propuestas efectivas sin estudios de por medio, así como tampoco las puede haber si sólo benefician a una parte de los involucrados.
  3. Influencia efectiva: la incidencia de los organismos empresariales debe ser cada vez más influyente para la toma de decisiones en políticas públicas y legislativas. Los empresarios mexicanos, que siempre hemos contribuido a la construcción del país, últimamente nos hemos mantenido en nuestras trincheras. Lo que debemos procurar es mantener y ampliar los canales de interlocución con los agentes sociales más relevantes, toda vez que los empresarios somos uno de éstos.

Los empresarios requerimos de la unión para mantenernos fuertes: llegó el momento de asumir nuestra propia voz, una que nos represente, defienda e influya.

Un llamado a la acción con esperanza: sin dejar a nadie atrás

Organizaciones como la Coparmex Ciudad de México son más que entidades burocráticas; son familias en las que participan mentes brillantes y corazones generosos.

Creo firmemente que, con una visión de largo plazo y un compromiso con la innovación, podemos abordar los viejos problemas desde nuevas perspectivas. Transformemos nuestros organismos empresariales en agentes más participativos e influyentes que promuevan cambios y materialicen mejoras para el bienestar de nuestra capital.

Entre todos y sin dejar a nadie atrás, porque nadie es mejor que todos juntos.

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