En su conjunto, las empresas públicas tienen un rendimiento inferior que las privadas, lo que obstaculiza el crecimiento económico, señaló la organización en un estudio.
Por Leticia Hernández
Al registrarte estás aceptando el aviso de privacidad y protección de datos. Puedes desuscribirte en cualquier momento.
Las empresas públicas tienen un rendimiento inferior a las privadas en un tercio, y si además están en un país con problemas graves de corrupción, son tres veces menos productivas que una empresa en un país con baja corrupción, expuso este jueves el Fondo Monetario Internacional
Por eso, añadió que los modelos de gestión deben fortalecerse y además, los gobiernos deben atraer inversión privada para complementar sus actividades.
Las empresas públicas, en su conjunto, tienen un rendimiento inferior. A partir de una muestra de aproximadamente 1 millón de empresas en 109 países, el FMI en su reporte ‘Monitor Fiscal’, descubrió que las empresas estatales son menos productivas que las empresas privadas en un tercio, en promedio.
“Esta disminución de la productividad puede obstaculizar el crecimiento económico, ya que algunas de las empresas estatales más grandes proporcionan insumos clave para el resto de la economía, por ejemplo, la energía”, señaló el Capítulo 3 del reporte.
El documento también destacó que a menudo son incapaces de cobrar precios suficientemente altos como para cubrir sus costos y pagar la expansión de la infraestructura necesaria y muchas están plagadas de corrupción tanto a nivel nacional como a través de las fronteras.
“La productividad de las empresas públicas en países con una corrupción percibida más baja es más de tres veces mayor que la de las empresas públicas en países donde la corrupción se considera grave”, advierte por lo que en aquellos países en donde las empresas públicas desempeñan un papel dominante, como los servicios públicos, “la mejora de su desempeño y el logro de un modelo de negocio sostenible son prioridades”, señala el informe.
Los gobiernos también deberán encontrar formas de atraer inversiones privadas para complementar las actividades de las empresas estatales, que es poco probable que puedan cumplir con todos los objetivos de desarrollo, recomienda el organismo y considera que los gobiernos deben establecer incentivos apropiados y crear instituciones sólidas para garantizar que las empresas estatales funcionen eficientemente y los costos fiscales estén contenidos.
