No salir en todo el día puede alterar las rutinas de las comidas y aumentar el desafío de una alimentación saludable.
Por Raquel Saez
Los hábitos alimentarios sanos comienzan en los primeros años de vida. Sus beneficios los notaremos a lo largo de nuestra vida. Entre ellos, la reducción del riesgo de sobrepeso y obesidad y de enfermedades no transmisibles en etapas posteriores de la vida.
Comer sano no es una tarea sencilla. Pronto desistimos y dejamos de lado los buenos hábitos que conservábamos. El lugar importa y tienta a los más golosos. Para algunas personas, que se les diga que se queden en casa todo el día puede alterar las rutinas de las comidas y aumentar el desafío de una alimentación saludable. Pero ese desafío puede ser una oportunidad, recuerdan desde Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).
“Las personas ahora tienen más oportunidades para concentrarse en cómo preparar alimentos saludables en casa», destaca la nutricionista Esther Granville. Sobre cómo comer bien en casa, la especialista ofrece algunos consejos que pueden ser útiles.
1. Planificar las compras
Lo primero es elaborar un horario básico con las comidas que vamos a hacer durante la semana. De esta manera, podemos limitar el desperdicio y darle más usos a los productos que vayamos a utilizar en días anteriores.
No pasa nada tampoco si somos previsores y queremos comprar algún producto de más, por si las moscas. Pero comprar más de lo que necesita aumenta la probabilidad de desperdiciar alimentos. La especialista aconseja compras para dos semanas.
2. La opción de comprar online
Granville explica que algunas personas pueden ser reticente por temor a gastos adicionales, pero nada más lejos de la realidad.
«Es posible que se sienta menos tentado a dar un paseo por el pasillo de los dulces si se compra online. También es posible que se distraiga menos con la publicidad en el punto de venta de cosas que no necesita”, sigue la nutricionista.
3. Entender qué hace que una comida sea equilibrada
Nuestro patrón dietético se tiene que basar en: variedad de frutas, verduras, granos integrales, proteína vegetal o animal magra, pescado, nueces y legumbres, y aceites vegetales no tropicales, según la AHA. También debe limitar las grasas saturadas y trans, el sodio, las carnes rojas y procesadas, los azúcares agregados y las bebidas endulzadas.
4. Evite los alimentos procesados
Granville pone un sencillo ejemplo: “Es posible que tenga la tentación de abastecerse de comidas listas para comer, pero consulte la etiqueta. Si no reconoce la mayoría de los ingredientes, vuelva a colocarlos”.
5. ¿No se nos da bien la cocina? No es un problema
No hace falta ser una estrella de la cocina para comer bien. Se trata de ajustar los planes de cocina nuestro nivel de habilidad. Granville recomienda comenzar con una lista de cinco o seis comidas saludables que sepamos cómo preparar.
